Luka Doncic se desvió de su camino para pasar por delante del banquillo de los Detroit Pistons y ofrecerles unas palabras de despedida antes de encarar el túnel de vestuarios y dar carpetazo a otra jornada de leyenda para él y los Dallas Mavericks. El astro esloveno, con 7,1 segundos restantes en la victoria por 111-105, tuvo la última palabra contra el rival y Jerome Allen, uno de sus entrenadores asistentes.
El base de los Mavs rió el último y rió mejor después de una actuación fascinante de 53 puntos, en su retorno tras un partido de baja por molestias en el tobillo izquierdo. Sobre su pique constante con el banquillo rival, que ya empezó en el primer cuarto, también dio su punto de vista tras la victoria: “Ha estado piando desde el principio. Y yo respondo. No quiero reproducir sus palabras, y no me molesta. Esto es baloncesto, pero lo que es seguro es que me pone en marcha”.
Dwayne Casey, entrenador de Detroit, no lamentó la actitud de su ayudante, que quizás provocó la ira de un Doncic sobradamente capaz de desatarla en forma de canastas. “Fue un montón de nada. Hemos visto cosas peores. Yo entrené a Gary Payton y Kevin Garnett, así que lo de hoy fue cero pique. Me ha gustado y creo que nos ha activado, y así debería ser entre tipos competitivos. Doncic lo es, me encanta cómo juega y cómo actúa”, valoró el preparador oponente.
Doncic maravilló con un 17 de 24 en tiros de campo (5 de 11 en triples) después de un partido de baja por lesión. Aunque reconoció no estar al 100%, su exhibición le situó de nuevo a la altura de las grandes leyendas. Según datos de la ESPN, el esloveno es el cuarto jugador que logra cuatro partidos de 50 puntos en una misma temporada en los últimos 50 años. ¿Los otros? Michael Jordan, Kobe Bryant y James Harden.