El manifiesto del mediofondo femenino español


Águeda Muñoz, la bien llamada, es una segoviana con carácter fuerte que en la pista de entrenamiento, bajo la mirada atenta de Arturo Martín, sorprende a sus compañeros y compañeras en tiradas mixtas con singulares hachazos, dignos de su paisano Perico, que les dejan cortados y sin aliento, como si les hubiera pinchado con su alfiler matahombres, y que en la pista cubierta de Torun, donde debuta con la selección absoluta, no se arruga, antes se crece, ante rivales talluditas y duras, y con mejor marca, como la alemana Hanna Klein o la británica Katie Snowden. Pelea y corre tan rápida que se clasifica para la final de 1.500m con un tiempo de 4m 9,94s, la mejor marca de su vida, un mordisco de casi cinco segundos a la anterior y récord de España sub 23 en pista cubierta.

Estudia logopedia. Tiene 21 años. “Lo mejor que tiene son la juventud y el descaro, que luego se pierde, así que disfrutemos de él”, dice fatalista Arturo Martín, el técnico que la acogió en Madrid en 2019, adonde llegó la segoviana después de un año “horroroso” becada en la Universidad de Albany (Estados Unidos) y de la muerte de su entrenador en Segovia, Isaac Sastre. Y a Segovia volvió a entrenarse los días de las nevadas en Madrid, acompañada de su pareja, su compañero atleta Adrián Ben, el quinto del mundial de Doha en 800m y su principal fan.

En lo que constituye un pleno histórico, las tres españolas —junto a Águeda, las más veteranas Esther Guerrero y Marta Pérez— se clasificaron para la final de nueve (este sábado, 19.50). Todo un manifiesto de renovación del medio fondo femenino español que tiene sus referentes limpias en Natalia Rodríguez, Mayte Martínez e Isabel Macías, todas ellas ya medallistas en Europeos y Mundiales.

A la renovación del mediofondo contribuye cada día más en la distancia corta, los 800m, Daniela García, la mallorquina de 19 años, que en su gran debut internacional salió decidida y mandona, front runner como una veterana. La audacia y el descaro tuvieron el premio de una nueva mejor marca personal (2m 4,14s) y el pase a la semifinal (este sábado, 19.00).

También rompió barreras la saltadora valenciana Fátima Diame, que nunca había pasado de 6,60m en longitud en pista cubierta. Lo hizo (6,62m) y se clasificó con la cuarta mejor para la final (este sábado, 19.40), que debería coronar a la italiana de 18 años Larissa Iapichino.

Los hombres del 400m fueron víctima del absurdo del sistema de clasificación, solo por puestos (los dos primeros de cada una de las nueve series). No hubo calificación por tiempos, por lo que ni Lucas Búa (46,92s, 12º tiempo) ni Samuel García (47,02s, 16ª), tercero y cuarto en sus series, pasaron a las semifinales de 18 atletas, entre los que había un rumano de 47,58s y un albanés de 47,42s. Se salvó de la quema Óscar Husillos. El palentino, ya plata en Glasgow 19, dominó con maestría su serie (46,83s).


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