Isak no estaba siendo el mismo tras el confinamiento. En los meses de enero y febrero la pantera de Solna se había descubierto como una máquina de hacer goles de todos los colores. Su exhibición en el Bernabéu le terminó de catapultar a todas las portadas nacionales, pero el parón, como a toda la Real, le terminó de frenar. Hasta hoy. Isak volvió a rugir y consiguió llevar a toda una provincia al éxtasis. Y eso que fue suplente y estuvo poco más de 10 minutos en el campo.
Imanol vio como el equipo moría y decidió meter a la pieza que nunca falla. Isak ingresó en el minuto 82 con una sola misión, devolver la alegría a la Real y situarla de nuevo en puestos europeos. No necesitó más de dos minutos. Justo antes del gol los controles se le volvieron a ir largos, los remates seguían siendo deficientes cuando antes todas iban a la cazuela. Tuvo el 2-1 a puerta vacía en una ocasión que no se puede dejar pasar. El disparo flojo e inofensivo, fue despejado por López. Se lamentó, miró al suelo, negó con la cabeza y se convenció de que él iba a ser el protagonista del partido.
A la segunda no iba a perdonar para devolver la ilusión a una hinchada que veía desde casa cómo se marchaba Europa. Aritz puso un centro deficiente desde la derecha que benefició a que el balón acabará besando la red. Oyarzabal controló con el alma y el escudo, pero se le marchó largo y el esférico cayó con nieve al césped. El depredador eritreo olió sangre y sacó su zarpazo. Sin pensárselo. Sin dudar. Zurdazo para reventar la red tras dejar el balón botar. Gol de quilates para celebrar la victoria como si fuese la del Bernabéu. Como en otras tantas veces durante esta temporada, Isak salió corriendo dejando atrás a Portu para deslizarse de rodillas celebrando una sensación que no conseguía sentir desde el pasado mes de febrero cuando marcó el 2-1 ante el Athletic.
Revulsivo top
Isak tuvo que esperar desde el banquillo su oportunidad como en otros 23 partidos esta temporada. Para Imanol, Willian es el delantero titular, o bien entiende que el sueco puede aportar mucho más desde el banquillo. Puede que las dos. Los números, en todo caso, están ahí. Isak es el segundo mejor suplente de la Liga puesto que ya suma cinco tantos tras salir desde el banquillo. Es la pimienta que necesitan todas las salsas. Y lo mejor es que siempre acude a su cita con el gol, siempre llega cuando más se le necesita. Con el de hoy, el sueco llega a los 15 goles esta temporada. Ocho en Liga y siete en Copa. Unos registros de crack para su insultante juventud. La Real gracias a él recuperó algo más que el séptimo puesto. Con Isak el corazón vuelve a latir.
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