Para tener 80 años, Joe Biden está en plena forma. No fuma, no bebe, hace ejercicio y, obviamente, se mantiene activo en el trabajo. Tiene una lista de pequeños achaques, según el reconocimiento médico rutinario al que se ha sometido este jueves en un clínica militar de Maryland, pero la conclusión del doctor es rotunda: “El presidente Biden sigue siendo un hombre sano y vigoroso de 80 años, apto para desempeñar con éxito las funciones de la presidencia, incluidas las de jefe del Ejecutivo, jefe de Estado y comandante en jefe”, concluye el parte firmado por Kevin O’Connor, el médico del presidente.
La Casa Blanca ha hecho público el informe médico firmado por O’Connor, que lleva siendo el médico de Biden desde 2009. Biden es el primer presidente octogenario en la historia de Estados Unidos y tiene la intención de presentarse a la reelección en 2024. Si ganase, tendría 86 años al terminar su hipotético segundo mandato.
La principal novedad que se ha producido desde el anterior chequeo, de noviembre de 2021, es que Biden pasó la covid. La buena noticia es que, gracias a que estaba completamente vacunado con dos dosis más dos pinchazos de refuerzo cuando se contagió, tuve unos síntomas leves y, sobre todo, que no sufre síntoma alguno de covid persistente.
El médico también subraya que Biden pasó mucho tiempo al sol en su juventud y que se somete a revisión de posibles síntomas de cáncer de piel. El informe señala que se ha tomado una biopsia de una pequeña lesión extirpada del pecho para su análisis.
Entre los problemas de salud del presidente, el médico cita fibrilación auricular, hiperlipidemia, reflujo gastroesofágico, alergias estacionales, artritis espinal y neuropatía periférica sensorial leve en los pies. Para tratarlos, toma tres medicamentos comunes que requieren receta y otros dos que se venden sin recetas, explica el informe.
Biden sufre en ocasiones algunos lapsus en público que los medios conservadores repiten una y otra vez para dar impresión de que no está capacitado para el cargo. Trump dice en sus mítines que Biden tiene “deterioro cognitivo” y que “a la mañana siguiente ni se acuerda” de lo que ha dicho el día anterior. Proyecta en su mítines vídeos que tratan de ridiculizarlo.
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El presidente, sin embargo, mantiene una agenda muy activa, con frecuentes viajes dentro y fuera de Estados Unidos, comparecencias públicas y reuniones privadas. En el discurso del estado de la Unión mostró rapidez de reflejos al replicar de una forma algo insólita a los republicanos que le criticaban. La portavoz de la Casa Blanca ha dicho este jueves: “Si le observas, verás que tiene un horario agotador que mantiene, que a veces algunos de nosotros no somos capaces de seguir”.
El reconocimiento médico se produce al día siguiente de que la primera rival oficial de Donald Trump en las primarias republicanas, Nikki Haley, pidiese en el acto de lanzamiento de su campaña que se someta a pruebas de capacidad mental obligatorias a los políticos mayores de 75 años, lo que incluye no solo a Biden, sino también al propio Trump. Haley señaló que es hora, en su opinión, de un relevo generacional.
En el anterior parte médico completo publicado por la Casa Blanca, de noviembre de 2021, se aseguraba también que el presidente estaba sano, vigoroso y en condiciones de ejercer el cargo, pero al tiempo se apuntaban ya parecidos achaques como una tos más frecuente, una neuropatía periférica y espondilosis cervical que contribuía a unos movimientos más rígidos y menos fluidos. También se recogía que el presidente tomaba varios medicamentos de forma habitual por problemas crónicos menores, pero que mantenía una vida sana y unos hábitos saludables
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