Será difícil abstraerse después de una semana movida en lo extradeportivo con el agur de
Susaeta
, pero el domingo el Athletic disputa una final. Sin anestesia. Será el final de la temporada en San Mamés y Europa está en juego. No es baladí, sobre todo por cómo arrancó la temporada. El balón tiene que ser lo realmente importante.
Un buen momento para que la grada y el equipo vayan de la mano. Los del verde deberán ofrecer una mejor versión que la exhibida ante el Alavés o el Valladolid. La primera media hora de Zorrilla fue lastimosa. El Athletic dejó escapar una oportunidad, aunque el tren sigue esperando al séptimo pasajero.
Intuyo que pedir un ambiente en San Mamés como en los noventa contra el Tenerife o el Deportivo, con una plaza para la vieja Copa de la UEFA en juego, es complicado. Ahora el paladar se ha vuelto más exquisito y los éxitos no se saborean igual. Los tiempos cambian. No importa. Pero sí es buen momento para que San Mamés empuje de lo lindo contra el Celta.
Todo el mundo en agosto creo que hubiera firmado que el Athletic llegase a la penúltima jornada dependiendo de sí mismo para obtener el billete continental. Y con tres puntos de ventaja. Es hora de poner la guinda. El mejor homenaje posible con Susaeta es lograr la victoria y dejar al equipo en Europa.
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