Fernando Alonso ya dijo hace semanas que se encuentra en su mejor momento, a un nivel comparable al de 2012, pero con mucha más experiencia. Destacó que, tras un año de adaptación a la categoría después de estar varios años ausente de la F1, ya podía volver a hacer lo que quería con el coche. Y eso se nota semana a semana. El piloto ovetense ya tiene un control total de su monoplaza y una confianza absoluta. Su coche no es ni de lejos el mejor de la parrilla, pero logra exprimirlo al máximo y, en muchas ocasiones, colocarlo en una posición mejor a la esperada. El mejor ejemplo de esa confianza fue el mensaje por radio que lanzó al equipo en plena carrera del GP de Francia, que no pasó desapercibido en las redes sociales.
Al piloto español le avisaron por radio de que Lando Norris, con su McLaren, se estaba acercando. Sin embargo, el asturiano, ya con su parada hecha y montando la goma dura, no se preocupó ni un ápice. Más bien lo contrario, lanzó un mensaje retador que demuestra su control de la situación: “No hay ningún problema. Quiero que se acerque a mí para que mate los neumáticos”.
Al asturiano no solo le daba igual la presencia del británico tras suyo con un McLaren renovado, si no que estaba seguro de que podría defenderse de él si llegaba y que con el aire sucio que desprendía su coche el británico degradaría más las gomas que rodando con aire limpio.
El ovetense ya dio un recital de defensa y de lectura de carrera este año en Mónaco, ralentizando a sus anchas la carrera para gestionar las gomas sin importarle que tras suyo estuviera Hamilton apretándole. Y en esta ocasión, Fernando volvió a gestionar la carrera de la mejor forma para maximizar su resultado y lograr un brillante sexto puesto mostrando mejor ritmo que el McLaren de Norris al volante de su Alpine.