En una noche de Draft atípica, la NBA tuvo que tirar de ingenio para preparar la logística de una jornada de incertidumbres y decisiones de última hora. Leandro Bolmaro tenía a su disposición en Barcelona una caja con 30 gorras, una para equipo de la liga: después de colocarse la de los New York Knicks y declarar su alegría, tuvo que buscar rápidamente la de los Minnesota Timberwolves, que apostaron por él vía traspaso.
Las primeras imágenes de Bolmaro que recibió el público general de Estados Unidos, conectado a la retransmisión de la ESPN, fue un vídeo en el que la liga estadounidense trazaba paralelismos entre Lionel Messi y el jugador de 20 años de Córdoba, Argentina.
En el vídeo de presentación del joven base, la NBA colocó la estatua dorada de Messi, la de Manu Ginobili, leyenda de los Spurs, y al propio Bolmaro observando su estatua todavía cubierta con una lona. Desde Argentina, se quedaron fascinados con la elección en el número 23 del Draft, al igual que el propio jugador
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Casi sin palabras, Bolmaro declaró en directo desde un hotel de Barelona, junto a amigos, su novia y algunos familiares: “Para mí es un sueño, no me lo puedo creer. Quiero disfrutarlo, solo disfrutar”. Poco después, conoció el traspaso a los Wolves del número uno Anthony Edwards y Ricky Rubio, una noticia que no le borró la sonrisa ni la ilusión en las redes sociales.
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