La Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico ha informado favorablemente sobre la adquisición del Archivo Lafuente por parte del Ministerio de Cultura y Deporte, un valioso fondo documental formado por 120.000 elementos atesorado por el empresario José María Lafuente desde los años noventa del siglo pasado y que conforma una ruta esencial para entender el desarrollo de las vanguardias artísticas del siglo XX, además de gran parte de la cultura y el arte contemporáneo español, hispanoamericano, europeo y universal. Así se ha decidido en la reunión conmemorativa del centenario del organismo celebrada ayer y hoy en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, a la que ha asistido el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta.
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De esta forma, el Estado da otro paso adelante para la compra de esta colección documental única en su género, que recientemente fue acordada por el Patronato del Museo Reina Sofía. El visto bueno del organismo de calificación despeja definitivamente el camino para que el ministerio se haga con un fondo que ha tenido ofertas de importantes instituciones en Europa y Estados Unidos. Es la mayor adquisición en número de obras y documentos desde que se creó el Reina Sofía y pone su archivo a la altura de los del Centro Pompidou de París y el MoMA de Nueva York, según fuentes del museo español.
Iceta ha reiterado esta mañana que el acuerdo “ya está hecho” y que la compra “puede hacerse efectiva muy pronto”, aunque por el momento no se ha fijado un precio definitivo. Preguntadas por EL PAÍS, ninguna de las dos partes de la compraventa ha querido adelantar cifras. En todo caso, el ministro ha aclarado que Cultura no pagará lo que verdaderamente cuesta este archivo, y el propietario así lo asume. “No lo pagamos todo, si tuviéramos que pagar lo que valen esas piezas, no habría dinero en los Presupuestos Generales del Estado”, ha indicado Iceta. Una vez se fije el monto y se conozcan los detalles del acuerdo se enviará al Consejo de Ministros para su aprobación.
El coleccionista cántabro José María Lafuente.Pablo Hojas
El archivo quedará en la órbita del Reina Sofía y se construirá una subsede específica en el antiguo edificio del Banco de España de Santander. Actualmente, el fondo está radicado en la localidad de Heras, a 15 kilómetros de la capital cántabra. No ha sido la estrategia del Reina Sofía montar sucursales como hacen otros museos. Pero con el Archivo Lafuente hará una excepción. Su valor y su vocación singular lo merecen, según ha insistido en varias ocasiones el director de la institución, Manuel Borja-Villel. “La idea es consolidar una relación y crear una institución de carácter público con el tiempo. La unión entre el Archivo y el Reina tiene una voluntad de permanencia y continuidad”, aseguraba Borja Villel en 2018, cuando se empezó a concretar el proceso.
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Entre las 120.000 piezas que configuran el archivo hay 19.000 obras originales. Aunque Lafuente empezó a coleccionarlas en los noventa, fue en 2002 cuando creó formalmente el archivo, que incluye elementos en diversos soportes, medios y formatos: fotografías, correspondencia, manuscritos, manifiestos, libros, revistas, carteles, dibujos, arte gráfico, libros-objeto y de artista, fotolibros, documentación de performances y artes en vivo, fanzines o maquetas de diseño gráfico. Todo relativo al arte moderno y contemporáneo. Documentos, obra y legados fundamentales del futurismo, el surrealismo, dadá, la Bauhaus, las vanguardias rusas, las centroeuropeas, la checa, polaca, latinoamericana… Los archivos de Sol LeWitt, Joseph Beuys, Ulises Carrión, Maruja Mallo, la memoria de la Movida madrileña o la cultura de la Transición en España.
“La colección es inmensa y tenemos que ser capaces de que nuestras colecciones sean vistas”, ha subrayado Iceta. “Estamos intentando favorecer tener un centro en Santander y también que las obras estén a disposición de todo el mundo, haciendo esfuerzos para que parte de sus colecciones puedan ser vistas en otros lugares de España”. “Quiero agradecer al señor Lafuente su disposición, porque quiere que las cosas que ha ido coleccionando estén a disposición de la gente. Esto se lo debemos al interés de un coleccionista que se obsesionó con que no se perdiera esa colección”, ha apuntado. Iceta ha destacado el “esfuerzo titánico” que ha costado levantar este archivo. “La voluntad del legado Lafuente es clara, la del Reina Sofía es clara y la Junta se ha manifestado favorable”, ha afirmado.
Julio Campal, ‘Caligrama’, una de las obras del Archivo Lafuente expuestas en el Círculo de Bellas Artes de Madrid en 2019.
“Comprar determinada obra es posible con dinero, pero el arte y la documentación efímera que explican cómo un creador ha llegado a concebir aquella obra es también capital para construir después la historiografía. Aquí creemos que lo importante no es solo la obra como tal, sino el contexto en que se produce”, recordaba Lafuente en una reciente entrevista con este diario. “Es un archivo privado con vocación pública”, aseguró el empresario en la misma entrevista. “Y ha llegado ya la hora del traspaso a manos del Estado. Este es el momento”.
La última gran adquisición del archivo ha sido el fondo documental y la obra gráfica del pintor Eduardo Arroyo, fallecido en octubre de 2018. En sus manos quedaron las cartas, sus colecciones de fotografía y revistas, su biblioteca dedicada al boxeo o dibujos, entre los que destacan, por ejemplo, los de los libros que ilustró a lo largo de su vida, como el que este mismo año se ha publicado de manera póstuma: el Ulises de James Joyce.
En la reunión conmemorativa de su centenario, a la que ha asistido el ministro Miquel Iceta, la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico ha hecho público también el último balance de compras de bienes culturales para las colecciones públicas, que se duplicó en 2021 hasta los seis millones de euros.
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