El mito inconcluso de Maradona


Argentina cumplirá este jueves su primer año sin Diego Maradona y lo transitará en duelo. Aún sin un lugar específico de concentración masiva, diferentes enclaves del país se convertirán en la sede de múltiples homenajes en torno a su ídolo definitivo, pero también a su mito inconcluso, inmortal: al exfutbolista se lo seguirá adorando después de su muerte. Un reciente testimonio por supuesto abuso sexual refuerza los debates sobre su figura inabarcable.

Los integrantes de la Iglesia Maradoniana con sede en Rosario, 300 kilómetros al norte de Buenos Aires, no tienen dudas: será un jueves de duelo. “Nos vamos a juntar como en un día de no festejo, un día negro. El mes pasado, el 30 de octubre, nos reunimos para el 61DD (en referencia al 61º aniversario de su nacimiento) y no podíamos hablar, llorábamos como nenes”, dice Hernán Amez, uno de los fundadores del movimiento. “Este jueves será más duro todavía”, estima.

Otro grupo de adoración, Pueblo Maradoniano, convocó una marcha para el Obelisco, el centro simbólico de Buenos Aires, para pedir justicia contra los eventuales culpables de la muerte del exfutbolista. Uno de sus integrantes, Walter Rotundo, no acudirá, pero por un motivo de fiesta: “A las 12 del mediodía tengo turno en el hospital para que nazca mi hijo: mi mejor manera de homenajear al Diego en este aniversario será trayendo otro Diego al mundo”, dice Walter.

La coincidencia es total porque, según confirmó la autopsia, Maradona murió al mediodía del 25 de noviembre de 2020. Si las dos primeras hijas de Rotundo, mellizas, se llaman Mara y Dona, el nombre de su primer hijo varón reforzará esa línea. “Será Diego Amado. Es muy fuerte que mi hijo justo nazca este día”, dice el aficionado.

Con los murales de Maradona multiplicándose por las paredes de Buenos Aires y el resto del país, el estadio de Argentinos Juniors -su primer club oficial- construyó un santuario después de su muerte en el que los hinchas depositan flores, dejan pelotas, apoyan banderines, encienden velas y colocan papeles pidiendo milagros. Si la improvisada ermita recibe todos los días a los vecinos del barrio, para este jueves se espera un desfile de adoradores. “A las 18 se inaugurará un nuevo mural frente a la puerta de la cancha, es una donación de socios del club”, cuenta Carlos Gregoratti, encargado del estadio Diego Maradona.

También en su Villa Fiorito natal se realizarán diferentes homenajes, como una misa popular en la estación de trenes de la ciudad, en el conurbano bonaerense, y una posterior marcha hacia el club Estrellas Unidas, la continuidad del equipo de potrero en el que Maradona comenzó a jugar, el Estrella Roja, antes de pasar a Argentinos Juniors. “Abriremos las puertas a las 9 de la mañana y tendremos diversas actividades, como la presentación del libro Rey de Fiorito”, dice Claudio Villarruel, secretario general del Estrellas, ubicado a pocos metros de la casa natal de Maradona, declarada “lugar histórico nacional” hace un mes por decreto presidencial. También la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires inauguró la semana pasada la esquina Diego Maradona en la intersección de Segurola y Habana, una de las de casas en las que vivió en la década de los 90.

Santuario dedicado a Diego Maradona en el estadio de Argentinos Juniors de Buenos Aires. Juan Ignacio Roncoroni (EFE)

Pero mientras también se masifican los lanzamientos de series, películas, podcasts y libros sobre la vida, obra y muerte de Maradona, las causas judiciales alrededor del ídolo no dejan de crecer, y no solo las vinculadas a la herencia y a la petición de justicia por las eventuales responsabilidades médicas en sus últimas horas. Mavys Álvarez, una cubana que a sus 16 años inició una relación con Maradona durante la estancia del ídolo en la isla del Caribe -mientras el exfutbolista intentaba recuperarse de su adicción a la cocaína-, llegó a Buenos Aires en los últimos días para presentar ante la Justicia argentina una denuncia contra el llamado entorno del futbolista.

La querella de los abogados de Álvarez, que en noviembre de 2001 acompañó a Maradona a Buenos Aires para su partido de despedida, incluye los delitos por presunta “privación ilegítima de la libertad y trata, reducción a la servidumbre y lesiones graves por una cirugía de aumento de mamas sin su consentimiento”. Pero más allá de que la acusación difícilmente prospere, Álvarez -de 37 años actualmente- reveló en entrevistas periodísticas haber sufrido una relación abusiva en Cuba. “Diego Maradona me violó mientras mi madre lloraba del otro lado de la puerta”, dijo.

Esa denuncia ante los medios sobre supuesta violencia de género y delitos sexuales contra una menor de edad, aunque Maradona no pueda defenderse, refuerza un debate sobre el ídolo. A pesar de estar enfrentado a la mayoría de los poderes (y por eso muchas veces criticado y hasta perseguido), Maradona también constituía un poder que a veces utilizaba contra las mujeres, como en el caso de Cristina Sinagra, la madre de su primer hijo, Diego Junior, al que tardó 29 años en reconocer.

“Es cierto que él era hijo de su tiempo, pero la muerte de Maradona marca simbólicamente una forma de vivir y de aceptar las masculinidades en el deporte”, enfatiza Ayelén Pujol, periodista y escritora. “Esta denuncia inevitablemente cambia algo, por lo menos nos lleva a preguntar quiénes son nuestros ídolos. Hoy es imposible pensar en un ídolo con estas características y las transformaciones sociales nos ayudan a iniciar un debate colectivo”, agrega la autora de ¡Qué jugadora! Un siglo de fútbol femenino en Argentina.

Los partidos de la 22ª jornada de la Liga Profesional de Argentina, que comenzó el martes 23 y terminará este jueves 25 -y en la que puede consagrarse campeón River, el eterno rival de Boca, el club por el que hinchaba Maradona-, también brindan su homenaje al ídolo: los jugadores de ambos equipos y el cuarteto arbitral se juntan en el mediocampo, antes de los encuentros, y forman el número 10. La Liga Profesional además publicó un vídeo que termina con una frase, “Ojalá no se termine nunca este amor que me tienen”, que Maradona lanzó paradójicamente en su despedida del partido por cuyo viaje a la Argentina llevó a Álvarez a la Justicia. A un año de su muerte, ese amor del pueblo está incluso más vivo, aunque también sea tiempo de debates.

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