El mural dedicado a Marcus Rashford se ha convertido ya en un símbolo de la lucha contra el racismo. El delantero del Manchester United es, junto a Bukayo Saka y Jadon Sancho, uno de los tres jugadores ingleses que sufrieron abusos racistas en las redes tras fallar sus penaltis en la tanda contra Italia. El mural de Rashford fue dañado y ahora, además de repararse los desperfectos, se está llenando de centenares de mensajes de apoyo de los aficionados de todas las edades que acuden en peregrinación a visitarlo.
El mural, en Withington (Manchester), está a poca distancia del lugar en el que creció Rashford, de 23 años y quien el lunes dijo en una emotiva carta que “nunca me disculparé por quién soy y de dónde vengo”. Dicho mural se ha convertido en el centro de las protestas contra el racismo que salió a flote tras la final.
El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, criticó el racismo tras los insultos y acusó a las firmas dueñas de las redes de no hacer lo suficiente para luchar contra esta lacra. El Gobierno británico se defendió de las acusaciones que es hipócrita al condenar el racismo.
Inglaterra perdió por penaltis contra Italia en Wembley el domingo y se quedó así sin ganar la que hubiera sido su primera Eurocopa. Pese a su condición de inventora del fútbol, la selección inglesa solo tiene un gran trofeo en sus vitrinas, el Mundial de 1966, como anfitriona (4-2 contra Alemania”.
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