El Nantes tampoco es rival para el PSG

A medio gas, el PSG es mejor que casi cualquiera en Francia. El Nantes tampoco fue rival. Un primer tiempo serio y un segundo eficaz le sirvió para sellar un contundente triunfo que le devuelve al liderato, aunque compartido con el Marsella. Mbappé marcó otros dos goles, ambos a pase de un generoso Messi que se quedó con ganas de poner su firma a un partido completado en el tramo final por un tanto de Nuno Mendes (0-3).

Christophe Galtier se siente cada vez más avalado para imponer su hoja de ruta después del gran arranque de temporada. Con el choque de Champions contra la Juve en el horizonte, el entrenador francés dejó en el banquillo a Sergio Ramos y a Neymar. Ya avisó en la antesala que iba a hacer rotaciones y el PSG apenas se resintió, con un buen Danilo en el eje y con Pablo Sarabia como un recambio de ataque que siempre cumple.

Como tantos otros equipos, el Nantes aguantó hasta que el PSG subió la apuesta. Messi condujo un contragolpe letal, esperó al desmarque de Mbappé y tras la recepción, el francés ajustó de forma potente a la escuadra. El 0-1 alivió al campeón, pero más lo hizo que su rival se quedara en inferioridad numérica por culpa de Fabio, cuya violenta entrada a la altura de la rodilla obligó a Vitinha a retirarse lesionado al vestuario. Mala noticia para un jugador que ha entrado con buen pie.

Entró en su lugar Renato Sanches, especialista también en explotar los muchos espacios que concedió el Nantes a partir de entonces. Al PSG, sin embargo, le faltó concreción. Al Messi asistente le falta que le acompañe también el goleador, algo atascado últimamente en el remate. En dos ocasiones pudo marcar el 0-2, antes de llegar al descanso, pero en ambas se quedó bloqueado entre un mar de piernas.

El campeón hizo bien en no conformarse. Otra vez altruista, Messi dio con Mbappé tras un mano a mano frustrado en primera instancia. Tras el rechace, el argentino cazó el balón y le dio otra asistencia a Kylian, que no perdonó. Con todo de cara, Christophe Galtier dio descanso a Verratti y a Mbappé. Entraron Sergio Ramos y Neymar, y el brasileño propició involuntariamente el 0-3. Su remate, a la madera, cayó a pies de un Nuno Mendes que fusiló a Lafont.

Al triunfo del PSG solo le faltó la rúbrica de Messi. El argentino, persistente, no encontró su gol. Sus compañeros le buscaron, conscientes de lo vitamínico que resulta para el ex del Barça marcar, pero se tuvo que conformar con dos grandes asistencias que encaminaron a su equipo de nuevo hacia el liderato. Un primer puesto compartido con el Marsella, el único equipo que a largo plazo se le presupone capaz de aguantarle el ritmo al campeón.