Queda más de media liga por jugarse y, por ende, mucha tela que cortar, pero en Nápoles ya andan preparando los trajes de campeones de la Serie A y no es de extrañar. El conjunto partenopeo recibió este viernes a la Juventus, su más inmediato perseguidor junto al Milan y, lejos de perecer, dio un golpe en la mesa con una victoria (4-1) que llevó su ventaja respecto a los ‘bianconeri’ hasta los 10 puntos.
El de los de Spalletti fue un triunfo coral, pero si hay que destacar a uno de sus futbolistas sobre el resto ese es Viktor Osimhen. Poco le importó al nigeriano que Allegri alinease a tres centrales pendientes de él, porque apareció cuando y por donde quiso. Fruto de ese oportunismo tan suyo llegó el 1-0, al cazar un rechace de Szczesny tras remate acrobático de Kvaratskhelia (14’). Con ello, quedó abierta la lata, el propio Kvaratskhelia dobló la ventaja en el 39’ y aunque Di María recortó distancias justo antes del descanso (42’) siendo el argentino lo más potable de la Juventus, tras la reanudación el triunfo partenopeo no haría más que afianzarse. Concretamente, firmó el tercero del Nápoles Rrahmani en el 55’ y el cuarto el indetectable Osimhen en el 65’. Con ese 4-1 quedó todo más que visto para sentencia y el que cerró la goleada fue Elmas en el 72’.
De ahí en adelante, las gradas del Diego Armando Maradona fueron una fiesta. Ocho partidos de Serie A acumulaba la Juventus sin encajar goles, y ayer se llevó cinco de su visita a Nápoles.
En cuanto al Milan, el tercero en discordia, visita este sábado (18.00 horas) al Lecce. Saltará al verde del Via del Mare a 10 puntos del liderato del Nápoles. No son pocos.