Semana de la ilusión en Nápoles, inaugurada con el abundante primer triunfo del lunes ante el Hellas Verona (2-5), continuada con las llegadas de Gio Simeone y Giacomo Raspadori y coronada con una amplia y bonita victoria contra el recién ascendido Monza de Silvio Berlusconi. El Nápoles despertó admiración también con su juego en su puesta de largo en el alegre Diego Armando Maradona, jaleado sobre todo por dos maravillosos goles de Kvaratskhelia -uno de ellos a la escuadra- en los minutos 35 y 62, y otros dos también de buen ver de Osimhen y Kim Min-Jae en el descuento de la primera y la segunda mitad.
El Diego Armando Maradona se preparó ilusionado para el primer partido y se puso elegante y entusiasta para recibir a su equipo. El Nápoles, en el que todavía no debutaron ni Simeone ni Raspadori, tenía que ponerse guapo, o, cuanto menos, vestir un fútbol a la altura de la ocasión ante el novato Monza. El equipo de Luciano Spalletti jugó con planta, con un fútbol veloz, audaz y coral que deslumbró en los primeros 20 minutos al equipo del proyecto de Berlusconi, con un 3-5-2 convertido en un 5-3-2 para defender.
El equipo de Spalletti exhibió una gran fluidez en su circulación de balón
Si el Monza venía a campo del Nápoles, los de Spalletti atraían jugadores con una circulación para que el ‘Chucky’ Lozano o Kvaratskhelia atacaran el espacio por bandas. Hundidos los visitantes cerca de su área y entregando el mediocampo, el Nápoles campaba a sus anchas, tocando y cambiando rápido el juego de lado con Osimhen bajando a recibir y descargando a los costados
El movimiento de balón era armónico pero los de Spalleti se acercaron al tanto en estrategia, con un cabezazo de Kim Min-Jae en un córner en el segundo palo después de que sus compañeros arrastraran al primero que se fue besando el larguero y otro de Osimhen detenido por Di Gregorio. Sucedió que el Nápoles no culminó su momento de inspiración y el Monza resurgió a los 20 minutos para empezar a mitigar el sufrimiento.
El Nápoles cele
El conjunto de Giovanni Stroppa subió líneas, escalonó mejor los hombres de la línea de cinco para dar una mejor cobertura al centro del campo, aguantó más tiempo el balón -y con criterio-, y los centrales fueron mucho más agresivos al saltar sobre Osimhen. Y cuando parecía que el Monza había logrado aburrir al Nápoles con su repliegue intensivo, surgió la virguería del genio que estaba esperando el equipo de Spalletti de la nada. Kvaratskhelia, tan indescifrable como su apellido por sus muchas maneras de expresar su calidad, recogió un pase, viró hacia dentro y soltó un violento zambombazo a la escuadra que besó la red tras hacer vibrar el palo.
Júbbilo para el Diego Armando Maradona y tranquilidad para un Nápoles que se adueñó por completo de la situación, sin dejarse impresionar por un disparo lejano de Petagna, la única e inocua respuesta del Monza. Quedó ‘herido’ Osimhen tras un choque con el ex azulgrana Marlon que, de manera brillante, evitó que el nigeriano se quedara a solas con Di Gregorio y el punta tuvo que dejar el verde momentáneamente.
Osimhen, tras marcar su gol
Su regreso fue imponente e impactante, al correr al espacio tras pase de Lozano y definir al palo largo antes del descanso para el 2-0. Una vez más, el Nápoles había sabido leer muy bien el juego al pie y al espacio, atrayendo jugadores del Monza en campo propio para despoblar la densa defensa de los de Stroppa y fabricar a la espalda un jugoso espacio saboreado por el nigeriano.
Más de Kvaratskhelia
El conjunto de Luciano Spalletti no contempló otra opción en el segundo tiempo para mantener anestesiado al Monza y animado el Diego Armando Maradona que mantener el esférico. Con el deber ya casi cumplido -más aún viendo la inoperancia de los visitantes-, los ‘tifosi’ napolitanos podrían estar reclamando algo más para divertirse y el punzante Kvaratskhelia todavía tenía espectáculo guardado. Lobotka recuperó en tres cuartos y el georgiano, tras un vistoso regate, colocó el balón al palo largo con un tiro raso.
El Monza, sin un plan para tan complicada empresa, pudo esbozar una sonrisa a poco más de 20 minutos para el final pero hasta esa se la quitaron. Petagna cabeceó a gol en un córner en una acción de pillería tras empujar Rrahmani antes del remate y el VAR descubrió su truco, con lo que el tanto fue invalidado. No obstante, el cabezazo en un córner de Kim Min-Jae en el añadido sí subió para redondear una gran tarde en el antiguo San Paolo. El Nápoles, dos victorias de dos con un fútbol atractivo, tira y cautiva y, por ahora, olvida a Insigne, Mertens y Koulibaly.
Ficha técnica
Nápoles – Monza, 4-0
4.- Nápoles: Meret; Di Lorenzo, Rrahmani, Kim, Mario Rui (Olivera, m.70); Anguissa, Lobotka (Politano, m.77), Zielinski; Lozano (Zerbin, m.77), Osimhen (Ounas, m.84) y Kvaratskhelia (Elmas, m.70).
0.- Monza: Di Gregorio; Marlon, A. Ranocchia (Antov, m.49), Carboni; Birindelli (Colpani, m.83), F. Ranocchia (Valoti, m.58), Barberis, Sensi, D’Alessandro (Molina, m.46); Caprari y Petagna (Gytkjaer, m.83)
Goles: 1-0, m.34: Kvaratskhelia; 2-0, m.46: Osihmen; 3-0, m.6: Kvaratskhelia; 4-0, m.94: Kim Min-Jae.
Árbitro: F. Fourneau . Mostró cartulina amarilla a Mario Rui (m.59), Di Lorenzo (m.73) por parte del Nápoles; y a Caprari (m.38) por parte del Monza.
Incidencias: partido correspondiente a la segunda jornada de Serie A disputado en el estadio Diego Armando Maradona ante cerca de 45.000 espectadores.