El diplomático José Pascual Marco, uno de los principales negociadores del acuerdo sobre las futuras relaciones entre Gibraltar y la UE, será el nuevo embajador español en Londres, según ha sabido EL PAÍS en medios diplomáticos. La Embajada de España en el Reino Unido estaba vacante desde que el pasado 2 de febrero se jubiló el anterior embajador, Carlos Bastarreche, que había cumplido 70 años a finales de 2020, por lo que la legación diplomática ha estado sin titular desde que se consumó la salida del Reino Unido de la UE.
El Consejo de Ministros pidió el plácet para Marco el pasado martes, por lo que su nombramiento definitivo está pendiente de que el Foreign Office dé su visto bueno. El futuro embajador en Londres es desde 2017 director general de Integración y Coordinación de Asuntos Generales de la UE, una de las tres direcciones que dependen del secretario de Estado para la UE, Juan González-Barba.
Madrileño de 63 años, Marco es un diplomático con larga experiencia que ha estado destinado en Pakistán, Nicaragua, Turquía o Sudáfrica. Ha sido cónsul en Melbourne (Australia), embajador en Congo y en la República Democrática de Congo (RDC), embajador representante permanente adjunto ante la UE y director general de Políticas e Industrias Culturales y del Libro con los ministros de Educación y Cultura José Ignacio Wert e Íñigo Méndez de Vigo, del PP.
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El futuro embajador en Londres viajó el pasado miércoles a Londres con el nuevo jefe de la diplomacia española, José Manuel Albares, quien se reunió con su homólogo británico, Dominic Raab, según fuentes diplomáticas. La visita se produjo un día después de que la Comisión Europea aprobara el borrador del mandato negociador para el futuro tratado que regule las relaciones de Gibraltar con la UE. El documento de Bruselas levantó un fuerte rechazo en Londres y el Peñón porque atribuye a España la competencia para controlar entradas por el puerto y el aeropuerto de la colonia, incluida la expedición de visados y permisos de residencia, y no menciona a la agencia europea Frontex, como habían pactado España y Reino Unido en el acuerdo marco alcanzado el pasado 31 de diciembre.
Albares intentó suavizar el rechazo británico reiterando a Raab el compromiso español de pedir la asistencia de Frontex, para que sean los gendarmes europeos quienes realicen el control visible de los viajeros, y subrayó que el texto de Bruselas era solo un punto de partida para negociar. Fuentes diplomáticas advierten de que, más allá de las dificultades con que pueda tener la negociación sobre Gibraltar, el ambiente generado por l pretensión de Londres de revisar los acuerdos sobre Irlanda del Norte pactados con Bruselas en el pacto de retirada de la Unión puede hacer que ambas partes endurezcan sus posturas. La presencia en Londres de Marco, buen conocedor de los entresijos del pacto de Nochevieja, podría evitar malentendidos.
Durante su visita a Londres, los representantes de los 320.000 españoles residentes en el Reino Unido le entregaron una carta en la que, entre otras medidas como la mejora de la dotación de los consulados españoles, además de pedirle que refuerce los consulados, denunciaban estar empezando a sufrir “discriminación laboral, detenciones y una sensación muy alejada de aquella bienvenida que nos dio este país. En algunos casos hace décadas”. Tras subrayar que la actitud del Gobierno español hacia los británicos residentes en España ha sido ejemplares, la carta apostillaba: “Nos gustaría que hubiera una reciprocidad, ya no solo en las reglas sino en las formas”.
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