El niño se hace mayor de edad


Que un adolescente se haga mayor de edad no significa que, de la noche a la mañana, deje de ser un niño. Cada persona posee sus rasgos identificativos, el carácter marca la etapa de la madurez y cada uno es un mundo. Ander
Barrenetxea (Donostia, 27 de diciembre de 2001) cumple hoy 18 años sin despojarse todavía de su etiqueta de promesa del fútbol.



Desde que hoy sople las velas que decoren su tarta, Barrenetxea quedará legitimado para hacer un puñado de cosas que hasta ayer tenía restringidas. Un cambio social relevante que a buen seguro desea traspasar al rectángulo de juego. Y eso que vive en una nube desde que, a partir de esta temporada, defiende a la Real como miembro de pleno derecho del primer equipo.

El niño se hace mayor para el fútbol a base experiencias en la Real que le pueden curtir para siempre. Esto no ha hecho nada más que empezar para el donostiarra, que sin embargo centra uno de los debates de la temporada. Es la perla que no tiene hueco para despuntar con asiduidad en la élite. A su favor juega el extenso margen que dispone con 18 años. En su contra corre el tiempo que atraviesa sin competir.

La competencia de Barrenetxea son Oyarzabal, Portu o Januzaj. El camino hasta la titularidad es duro. El joven donostiarra, una de las grandes esperanzas del club a largo plazo, sólo ha salido de inicio esta temporada en la Copa. Contra el Becerril completó el partido, jugó 50 minutos más que en toda la Liga hasta ahora, se reivindicó marcando un gol y protagonizó diabluras con su habilidad para el desborde. Su presencia en el campeonato doméstico se reduce a 40 minutos divididos en siete encuentros.

No hay dudas de que seguirá

El itinerario de Barrenetxea en el último año ha sido vertiginoso. El tiempo vuela a la velocidad de la luz para la perla de Zubieta. El 21 de diciembre de 2018 debutó con la Real, una jornada después de acudir a su primera convocatoria, en Getafe. Al final de la pasada temporada, con 17 años, saltó al estrellato de la titularidad.

Barrenetxea terminó el curso siendo un asiduo de los planes de Imanol y se estrenó como goleador nada menos que en la victoria al Real Madrid en Anoeta (3-1). “No sabía ni cómo celebrarlo”, llegó a manifestar con la espontaneidad y frescura de cualquier aprendiz.

De una campaña a otra no se ha reducido el ritmo en que viaja su precoz carrera deportiva. Cometió un penalti fallado por el Valencia en su debut como futbolista profesional. Lloró ante la magnitud del momento, más tarde se lesionó y ahora es suplente.

La Real no se plantea que Barrenetxea salga en el inminente mercado de invierno. No se irá cedido. Seguirá forjándose en Zubieta, como si no fuera mayor de edad


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