Jon Rahm va a por todas. Después de dejar alucinado al mundo del golf con un putt de 20 metros que tumbó al número uno mundial, Dustin Johnson, en el BMW Championship (playoff de la FedEx Cup, la carrera por ser el mejor del año en el circuito americano) la semana pasada, en su agenda tiene apuntada la caza por dos presas grandes. La primera, desde este viernes en el Tour Championship, la gran final de la FedEx, el torneo de los 15 millones de dólares, y en el que Rahm partirá segundo ya de inicio por detrás de Johnson (dos golpes; se establece una clasificación desde antes de empezar el torneo según el puesto en la lucha por el título). La corona se pone en juego entre los 30 mejores del año, de viernes a lunes, al ser entonces el Día del Trabajador en Estados Unidos, en el campo de East Lake, en Atlanta. Para Rahm será además su torneo profesional número 100 puntuable para el ránking mundial, una colección en la que suma 11 victorias y un 50,5% de clasificaciones entre los 10 primeros, según los cálculos de la web Ten Golf, una majestuosa cifra solo superada por Tiger Woods (26 triunfo y casi un 70% de top ten).La segunda presa, el US Open, el segundo grande de la temporada, después del Campeonato de la PGA, que se celebra del 17 al 20 de septiembre en el Winged Foot Golf Club, en Mamaroneck, Nueva York. Rahm aprovechó su viaje desde Chicago a Atlanta para hacer escala y tener una primera toma de contacto con el campo donde se disputará este US Open. “La verdad es que fui porque no me apetecía volar de Chicago a Phoenix, pasar una noche en casa, volar luego hasta la Costa Este, volar otra vez de regreso y volver a subirme a un avión para ir a Nueva York. No me parecía lo mejor físicamente. En el campo del US Open estuvo Kelley, mi mujer, como caddie. Di algunos golpes de salida y vi el campo para que cuando vaya no sea todo nuevo. Jugué por la mañana, estaba lloviendo y los ocho primeros hoyos se me hicieron muy largos”, explicó Rahm este miércoles antes del comienzo del Tour Championship.Antes, se verá cara a cara con Dustin Johnson en el arranque del Tour Championship. Los dos primeros de la FedEx y los dos primeros de la clasificación mundial, cinco días después de su desempate en el BMW, cuando Rahm maravilló con su golpe en el hoyo 18 para llevarse el título. Un nuevo golpe maestro en momentos de máxima presión. “Una vez es casualidad. Tres, no. También he hecho grandes golpes en Europa. Presión es presión. Diría también el birdie del 18 en Dubai para ganar la Race el año pasado”, respondió Rahm a EL PAÍS. “La intención que tengo en cada uno de estos tres golpes es meterla. En esos momentos cuando hace falta algo, nos ponemos en esta pequeña burbuja y es como que todo se calma un poco. Yo creo que estoy con tanta atención en el presente y en lo que estoy haciendo que es como que todo lo demás se disipa. Y sí es diferente ahora que no hay espectadores, el ambiente es diferente y no hay tanto grito y ruido. Cada vez que he hecho algo es lo que tenía en mente, meterla. El putt de Torrey Pines, el approach del Memorial, el putt del playoff…”. Siguientes paradas, la final por ser el mejor en el circuito americano y el US Open.
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