El Espanyol visita este domingo el Nuevo Zorrilla (14 horas) con el objetivo de enlazar su tercera victoria, algo inédito en toda la campaña, y poner distancia con la zona de descenso. Nadie baja la guardia en el pelotón de candidatos que luchan por la permanencia, de ahí que al menos puntuar en Valladolid, se antoja vital para los pericos. Otra ‘final’.
No será una tarea fácil. Bien al contrario, pues Zorrilla es una plaza históricamente dura para los blanquiazules. El Espanyol no vence en el feudo pucelano desde 2001, que se dice pronto. Y en las 41 visitas del equipo perico a Valladolid en toda la historia de la Liga, el Espanyol sólo ha vencido en seis ocasiones, por 15 empates y 20 victorias locales.
El último triunfo del Espanyol se remonta al 3 de octubre de 2001 cuando se registró un 0-1 en el luminoso gracias a un gran gol de Martín Posse. Pero desde hace 22 años, el cuadro catalán no ha cantado victoria en Pucela, rascando apenas cinco empates por cuatro derrotas.
Lo dicho, el Zorrilla es para el Espanyol cualquier cosa, menos un estadio propicio para sus intereses. Al menos hasta ahora, tendencia que intentará doblegar el conjunto catalán el domingo.
Pero el equipo de Diego Martínez se guarda un as en la manga para seguir subido en la ola de buenos resultados de las últimas dos semanas. A domicilio está dando su mejor versión, jugando mucho más cómodo en casa y por ahora, rascando puntos.
El Espanyol es el octavo mejor visitante del campeonato, sólo superado por los clubs de la parte noble de la tabla: Barça, Madrid, Real Sociedad, Atlético, Betis, Rayo y Osasuna. Fuera ha sumado ya 14 puntos (uno más que en casa) con tres victorias en su zurrón, 5 empates y sólo 3 derrotas. Firma números ‘europeos’ lejos del RCDE Stadium.
“Es verdad, en todos los partidos, menos en Almería, hemos competido y luchado hasta el final. El equipo fuera de casa está cómodo, en casa nos cuesta un poco más, pero fuera estamos logrando buenos resultados”, dijo este miércoles Javi Puado, reconociendo las mejores prestaciones como visitante de un Espanyol montado en la ola ascendente.