EL PAÍS logra 110.000 suscriptores tras lanzar su modelo de pago digital

Una lectora consulta EL PAÍS en su tableta en una terraza de Valencia.
Una lectora consulta EL PAÍS en su tableta en una terraza de Valencia.Mònica Torres

El lanzamiento el pasado 1 de mayo del modelo de suscripción digital supuso para EL PAÍS un gran hito en su proceso de transformación como empresa periodística, un avance al que solo cuatro meses después se le pueden poner números. EL PAÍS suma ya 110.000 suscriptores, de los cuales 64.200 son exclusivamente digitales.

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Además de este grupo mayoritario, incorporado desde el mes de mayo, 37.923 son suscriptores de la edición impresa y 7.842 de Kiosko y Más, la réplica digital del diario de papel. Los abonados al periódico impreso tienen a su vez acceso a todos los contenidos en Internet —casi la mitad se han dado de alta—, pero, igual que los de Kiosko y Más, EL PAÍS no los computa como suscriptores exclusivos digitales en aras de una total claridad con el mercado.

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Las cifras, que EL PAÍS hace públicas por primera vez, lo sitúan al frente, de manera destacada, de todos los periódicos en España en el camino que la industria considera como la única fórmula posible para hacer sostenibles grandes medios profesionales de información de calidad. En un momento especialmente complejo, la diversificación de las fuentes de ingresos es la manera de garantizar el futuro. La publicidad sigue siendo un elemento crucial en la ecuación, pero insuficiente con las turbulencias del sector: la caída de la publicidad impresa a lo largo de la última década, la dura competencia de las grandes plataformas por la tarta digital, y el remate de la pandemia han hecho aun más necesario que el modelo económico, en un entorno aceleradamente digital, se cimente sobre el respaldo de una comunidad de lectores comprometida y, en paralelo, sobre una publicidad de mayor calidad que aproveche el conocimiento acerca del usuario.

EL PAÍS cuenta con un equipo de más de 400 periodistas y la red de corresponsales de habla hispana más amplia del mundo, con cuatro Redacciones especialmente nutridas: en Madrid, Barcelona, Ciudad de México y São Paulo. Fundado en mayo de 1976, el ADN de EL PAÍS es global, europeo y cada vez más americano —un 20% de los nuevos suscriptores ya viene de fuera de España—.

Hoy más que nunca, la relevancia de esta apuesta profesional se hace visible. Abordar un asunto tan complejo como el coronavirus, en un contexto de incertidumbre y mucha desinformación, ha requerido de experimentados periodistas dedicados durante incontables horas a suministrar a los lectores información útil y rigurosa. Contar con especialistas en salud, educación, ciencia, economía, datos o gráficos, junto a la capacidad para cubrir una historia desde una perspectiva local y global, marca la diferencia y, sobre todo, presta un servicio a la sociedad. Si el desafío no fuera de por sí mayúsculo, el trabajo se ha hecho, y se sigue haciendo, en las calles y en las casas. Desde mediados del mes de marzo nuestras redacciones están vacías y el regreso a la normalidad se antoja lejano.

Largo recorrido

El modelo que EL PAÍS lanzó en mayo, dos meses después de estallar la pandemia, resulta esperanzador con los datos en la mano. Pero es solo el inicio del camino de un proyecto de largo recorrido. El diario británico The Times, en un país de casi 70 millones de habitantes y con un mercado potencial tan vasto como el angloparlante, alcanzó los 100.000 suscriptores un año después de empezar a cobrar; el Financial Times o The Wall Street Journal llevan más de dos décadas en esta senda; y The New York Times, el espejo en el que todos quieren mirarse por el éxito de su transformación digital y empresarial, arrancó titubeante en 2011 y no vivió la eclosión de las suscripciones digitales hasta 2016, con la llegada de Trump al poder. En España, El Mundo dio el paso a finales de octubre, Vocento lo ha ido haciendo progresivamente con sus periódicos locales desde hace años, y en breve está previsto que se sumen Abc y La Vanguardia. Este camino también lo han emprendido algunos medios nativos digitales, recientemente El Confidencial y desde su nacimiento, elDiario.es.

El director de EL PAÍS, Javier Moreno, destaca y agradece el apoyo de los suscriptores en este momento tan vital para el futuro del periódico: “Su respaldo y fidelidad nos permiten afrontar con mayores recursos los retos del futuro, hacer mejor periodismo, invertir en nuevas formas de explicar la realidad”.

La cultura de pago por contenidos se ha ido instalando de manera gradual en la sociedad, animada por plataformas como Netflix o Spotify, por un contenido cada vez de mayor nivel y por una tecnología y diseño que aspira a hacerle las cosas sencillas al suscriptor. También, tal y como recoge el último informe del Reuters Institute de la Universidad de Oxford, esto se ha trasladado al periodismo, con varios factores clave para que los lectores se suscriban: diferenciación, calidad, una buena experiencia de usuario y un precio justo.

”Tras consolidar el liderazgo como el principal y más influyente medio en español en el mundo, ahora toca liderar el modelo de suscripción. Lo haremos poniendo al suscriptor en el centro, para devolver al periódico a un estadio en el que se financie y sea sostenible por sus lectores. Los datos son muy positivos y nos servirán de base para alcanzar los ambiciosos objetivos que nos hemos marcado”, asegura Alejandro Martínez Peón, consejero delegado de EL PAÍS.

Los lectores pueden consultar hasta 10 artículos al mes de forma gratuita, pero después necesitan suscribirse para tener acceso completo a los contenidos. El precio es de 10 euros al mes o 96 euros al año, con una oferta inicial de un euro para el primer mes, sin compromiso de permanencia. Durante las primeras semanas de implantación del nuevo esquema de suscripción, muchos lectores optaron por la modalidad mensual, pero a medida que pasa el tiempo y se producen renovaciones, las suscripciones que más crecen porcentualmente son las anuales, un síntoma de la confianza de los lectores con el proyecto. Al mismo tiempo, tal y como estaba previsto en el plan de negocio y en línea con otras experiencias similares en modelos como el de EL PAÍS (The New York Times o The Washington Post), la caída del tráfico ronda el 14% en el arranque. Sin embargo, no solo crecen los suscriptores, sino que el número de personas que se han registrado —paso previo habitual antes de suscribirse, y necesario para determinados beneficios— ya supera los tres millones.


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