El Parlamento de Islandia queda finalmente con una mayoría de diputados varones

Katrín Jakobsdóttir, durante un mitin el 25 de septiembre.
Katrín Jakobsdóttir, durante un mitin el 25 de septiembre.TOM LITTLE / AFP

Islandia se convirtió este domingo por unas horas en el primer país europeo con una mayoría de mujeres diputadas, como ya sucede en Ruanda, Cuba y Nicaragua. Pero una revisión del escrutinio ha dado al traste con el récord. Finalmente, las diputadas solo supondrán un 47,6% después de que tres de las mujeres que habían sido elegidas, según las proyecciones que difundió la televisión pública islandesa, perdieran finalmente el escaño.

La proporción femenina en el Parlamento tras las elecciones celebradas el sábado sigue siendo un significativo avance (30 de los 63 diputados), similar al de Suecia (47% de diputadas), pero no ha logrado sobrepasar el nivel del 50% por el complejo sistema electoral islandés, según informó la Comisión Electoral.

Mientras, la coalición de Gobierno amplió su mayoría absoluta tras las elecciones, aunque la caída del Movimiento de Izquierda Verde de la primera ministra, Karín Jakobsdóttir, abre dudas sobre su futuro. La constelación formada por los rojiverdes, el conservador Partido de la Independencia y el Partido Progresista (centro) logró el 54,3%, un punto y medio más, y 37 diputados, dos más que en 2017, en un Parlamento con 63 escaños, escrutado el 100% de los votos, según la Autoridad Electoral.

Las encuestas previas apuntaban a que la coalición en el poder no alcanzaría la mayoría absoluta. La subida se apoyó en el crecimiento del Partido del Progreso, que ganó casi siete puntos y cinco mandatos y se convirtió en segunda fuerza con el 17,3% y 13 diputados, detrás de los conservadores, tradicionales dominadores en Islandia y que con el 24,4% retrocedieron ligeramente, aunque mantuvieron sus 16 escaños.

El Movimiento de Izquierda Verde no solo bajó 4,3 puntos, también perdió tres de sus 11 escaños y su continuidad en el Gobierno plantea dudas, ya que la coalición inédita, con partidos ideológicamente alejados, que ha gobernado desde 2017 surgió por el complicado panorama postelectoral de hace cuatro años.

Los conservadores de Bjarni Benediktsson, actual ministro de Finanzas, podrían gobernar con los progresistas, sus aliados históricos, y alguna otra formación del centroderecha.

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La Alianza Socialdemócrata se mantiene como cuarta fuerza pese a caer 2,2 puntos hasta el 9,9% y pierde un mandato para quedarse con seis.

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