Entierro en Elche de la familia asesinada por uno de los hijos, este lunes.jOAQUÍN DE HARO
El adolescente que mató a su familia en Elche (Alicante) el pasado martes disparó seis veces en total para acabar con la vida de sus dos padres y su hermano pequeño. Primero dirigió dos tiros a su madre, uno de ellos por la espalda; después abatió, también por la espalda, a su hermano de 10 años, cuando trataba de huir de la escena del crimen. Al cabo de unas horas, el padre volvió a casa después del trabajo y fue recibido por tres disparos de su hijo que le ocasionaron la muerte. Este es el relato de los hechos que el menor, de 15 años, hizo a los agentes que acudieron a su vivienda, situada en la pedanía ilicitana de Algoda, después confesar a su tía el triple crimen, tres días después de haberlo cometido.
El relato del asesino fue minucioso y coincidió exactamente con la escena que se encontraron los investigadores, señalan fuentes de la investigación, de manera que el caso se considera cerrado una vez que el menor ha ingresado en un centro en régimen cerrado. Tan solo queda pendiente una valoración psicológica del detenido para determinar su imputabilidad.
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El joven no omitió ni un detalle mientras en su casa se acumulaban decenas de policías, en torno a las 21.30 del pasado viernes. Según indicó, continúan las fuentes consultadas, días antes del crimen discutió con su madre porque le había castigado sin acceso a Internet tras bajar su rendimiento escolar. El pasado martes, madre e hijo empezaron a discutir en voz alta por este motivo. El adolescente se encerró en su habitación, se armó con la escopeta de caza de su padre y buscó a su madre, sobre quien descerrajó dos tiros. Su hermano menor salió huyendo de la escena del primer tiroteo, pero el asesino consiguió darle alcance por la espalda. Esperó unas cinco horas y salió a recibir a su padre a la entrada de la vivienda con el arma, y allí le disparó otros tres tiros.
Encerrado en su habitación jugando a la consola
El siguiente paso consistió en ocultar los cadáveres en el cobertizo para tractores y aperos de labranza que se erige junto al inmueble principal de la finca, ratifican las mismas fuentes. Limpió la sangre que encontró por la casa, se duchó y se preparó la cena. Los tres días que estuvo en casa los pasó, casi todo el tiempo, encerrado en su habitación, jugando a la consola. Ocasionalmente, hablaba con amigos y compañeros de clase, a quienes contaba que estaba confinado por el covid.
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La escalofriante confesión del joven coincidió con lo que los agentes pudieron observar al llegar al inmueble, una vivienda familiar de color anaranjado con patio, cocheras y un cobertizo. La narración realizada in situ fue completa, fría y serena, señalan fuentes de la investigación. Sin señales de arrepentimiento. Ni siquiera hizo falta que se le tomara declaración en sede policial, una vez que el joven fue detenido y encerrado en unas dependencias habilitadas para menores en la comisaría de la Policía Nacional de Elche. Tras pasar a disposición de la Fiscalía de Menores, la jueza ordenó su internamiento en un centro de régimen cerrado.
No habrá reconstrucción de los hechos ni una nueva toma de declaración, según fuentes policiales. Un equipo psicosocial de la fiscalía evaluará ahora la imputabilidad del menor.
Las víctimas han sido enterradas este lunes en el cementerio municipal de Elche, tras un funeral al que han acudido cientos de personas junto a las dos abuelas del parricida confeso, sus tíos y sus primos. Un equipo de voluntarios de Cruz Roja han ofrecido asistencia psicológica a los familiares y amigos de la familia. La organización enviará también un equipo de respuesta inmediata en emergencias a los centros escolares del asesino confeso y de su hermano, para atender y guiar al profesorado y al alumnado.
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