El candidato de Donald Trump a la presidencia del BID, Mauricio Claver-Carone, el 14 de agosto en la Casa Blanca.JIM LO SCALZO / EFELa elección del futuro presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el mayor prestamista en América Latina y una institución esencial para el desarrollo regional, se calienta cada día. Y nada invita a pensar en una distensión de posturas antes del 12 de septiembre, la fecha fijada para saber si Mauricio Claver-Carone, el candidato de Donald Trump, se convierte en el nuevo jefe del Banco o si, como buscan tres grandes de la región (México, Argentina y Chile) y la Unión Europea, el cónclave se pospone hasta el primer trimestre del año que viene, tras los comicios presidenciales en EE UU. La estrategia de la suspensión ha marcado una nueva casilla este miércoles con una carta pública firmada por seis expresidente iberoamericanos. En un texto más duro que en otras ocasiones, los líderes consideran que la candidatura de Washington “constituye una grave falta de respeto hacia las reglas de convivencia hemisférica e internacional y ciertamente una seria agresión a la dignidad latinoamericana”.La carta lleva la firma de seis exmandatarios de peso en Iberoamérica: Juan Manuel Santos (Colombia), Ernesto Zedillo (México), Felipe González (España), Fernando Henrique Cardoso (Brasil), Ricardo Lagos (Chile) y Julio María Sanguinetti (Uruguay). “Ha llegado la hora de reiterar con vehemencia la importancia de posponer la elección del próximo presidente del BID porque, tal como se ha procedido con la candidatura de un ciudadano estadounidense, estamos no solo frente a la ruptura de una práctica que ha acompañado la historia de la institución sino ante una gravísima violación del acuerdo político fundamental con el cual nació”, comienza la misiva, de una dureza poco habitual para el habitual lenguaje diplomático de estos textos.“Se trata de una imposición arbitraría que, no dudamos, acarrearía consecuencias muy negativas en el devenir de la institución y también en el futuro de las relaciones entre Estados Unidos y América Latina”, señaló Lagos en una conferencia de prensa digital desde Santiago de Chile, informa Rocío Montes.Los expresidentes recuerdan que el pasado 10 de marzo, el BID pospuso su asamblea anual, prevista en Barranquilla, Colombia, por “las extraordinarias circunstancias de salud pública generadas por la respuesta global al coronavirus”. “Si esa fue la razón a mediados de marzo”, dice la carta, “mucho más lo es ahora con 180.000 muertos en Estados Unidos, 115.000 en Brasil y 60.000 en México”. De realizarse, la elección “carecería de legitimidad y más pronto que tarde debiera considerarse nula”, dicen los expresidentes. La celebración en marzo del año que viene, sostienen, sería la mejor opción. Es exactamente lo que defienden varios Gobiernos de la región y la Comisión Europea.Ese sería, también, el mejor escenario para los otros dos candidatos en liza, la expresidenta costarricense Laura Chinchilla y el argentino Gustavo Béliz, cuyas opciones en un cuerpo a cuerpo con el hombre fuerte de Donald Trump para Latinoamérica son mínimas. En caso de posposición y si Joe Biden acaba haciéndose con la presidencia de la primera potencia mundial —como hoy indican todas las encuestas—, pocos dudan de que el demócrata no presentaría batalla y permitiría que la regla no escrita —un estadounidense al Banco Mundial, un europeo al FMI y un latinoamericano al BID— siguiera vigente.La batalla, sin embargo, aún se antoja dura. Para que no haya quorum y la elección se posponga, el 12 de septiembre tendría que no darse cita al menos la cuarta parte del capital. Y aquí es donde hay que sacar la calculadora: Argentina tiene el 11%, México el 7% y Chile el 3%, y se da por descontado que Costa Rica (0,5%) seguirá sus pasos. Y hay serias dudas sobre qué harán Perú (1,5%) y Uruguay (1,2%), aunque todo parece apuntar a que se sumarán al grupo, que quedaría al filo del 25% requerido. Con Brasil, Venezuela (la representación en el BID la lleva el equipo de Juan Guaidó) y Colombia claramente alineados con Trump, la posición europea y canadiense se antoja clave: el alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ya ha dejado claro su posición favorable a la posposición, pero son los Estados miembros -y no Bruselas- los que votan individualmente.La candidatura de Claver-Carone ha levantado importantes ampollas a lo largo y ancho de América Latina. Son muchas las voces contrarias, tanto en el terreno académico como en el político —y dentro del propio BID—, a que un ciudadano no latinoamericano presida el Banco, algo que es visto como una afrenta en toda regla a la región. Y sus movimientos para impedirlo, tanto públicos —ya son varias las misivas publicadas— como privados —las conversaciones de alto nivel se han intensificado en los últimos días—, están empezando a dar sus frutos en esta particular partida diplomática de ajedrez: hace solo un mes prácticamente nadie pensaba que fuese posible doblegar a EE UU y postergar la elección; hoy ese escenario parece más cercano que nunca.
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