El presidente Donald Trump visitará este miércoles Dayton, Ohio, y a El Paso, Texas, escenarios de las matanzas armadas del pasado fin de semana.
El anuncio del mandatario generó cierta resistencia en la ciudad fronteriza de El Paso.
La representante demócrata Verónica Escobar, de El Paso, dejó claro que el presidente no era bienvenido en su ciudad mientras estuviera de luto. El precandidato demócrata a la presidencia, Beto O’Rourke, quien fue congresista de El Paso durante seis años, también dijo que Trump debería mantenerse alejado.
Escobar tuiteó que la Casa Blanca la había invitado a acompañar a Trump durante su visita, pero que en lugar de eso ella asistirá a un evento que los organizadores dicen que confrontará al presidente y a los supremacistas blancos mientras piden mayor control de posesión de armas.
Escobar dijo el martes que las familias de las víctimas ya utilizaban el recién inaugurado centro de duelo en donde el gobierno y varios servicios de salud mental han montado puestos de atención. “Habrá muchos traumas en nuestra comunidad; muchos niños vieron cosas que ningún ser humano debe ver”, dijo Escobar.
Patrick Crusius, supuesto “supremacista blanco” autor de la matanza en El Paso y que fue arrestado a unas cuadras de distancia de la tienda Walmart, defendía en su manifiesto ideas racistas contra los hispanos, usando palabras empleadas por el presidente Trump para referirse a esta comunidad.
En sus discurso de campaña, Trump ha llamado “animales” a los inmigrantes y, como el atacante, ha afirmado que la inmigración procedente de Latinoamérica supone una “invasión” de EEUU.
Crusius, de 21 años, que está detenido y afronta la pena de muerte, condujo casi 10 horas hasta llegar a El Paso con la finalidad de matar a cuantos mexicanos pudiera, para combatir la “invasión hispana”, según publicó en internet horas antes del tiroteo.
Los vecinos de la pacífica localidad texana aún no logran sobreponerse al tiroteo que dejó 22 muertos, y con solo rememorar la tragedia se transforman, como si acabase de suceder: “Parecía la guerra”.
De hecho, El Paso figuraba entre las comunidades más seguras de EEUU hasta que el sábado por la mañana el joven entró a una tienda de la cadena Walmart armado con un fusil AK-47 y disparó indiscriminadamente contra las personas que estaban a su alcance.