La tortilla de patatas es uno de los alimentos más típicos de la gastronomía española. Hay a quienes les gusta más con cebolla, otros que la prefieren menos hecha… Existe un gran debate acerca de cuál es la mejor forma de preparar una tortilla de patatas, pero sobre gustos no hay nada escrito. De lo que no cabe duda es de que hay que seguir una serie de recomendaciones para evitar una posible intoxicación.
El peligro de la salmonella
Mantener determinados alimentos, como los huevos, refrigerados es importante durante todo el año, pero sobre todo en verano debido a las altas temperaturas. Cuando los huevos se encuentran en mal estado, pueden causar salmonelosis. Se trata de una infección bacteriana provocada por la bacteria salmonella, que generalmente afecta al tracto intestinal.
Por este motivo, los expertos no recomiendan llevar la tortilla de patatas a la playa o al campo si está poco hecha. Para garantizar la seguridad alimentaria, es importante cocinarla de tal manera que quede bien cuajada y, siempre que sea posible, utilizar huevina en lugar de huevo.
La Comunidad de Madrid ha elaborado una guía con consejos prácticos para conservar y manipular los huevos a la hora de cocinar una tortilla de patatas. Lo primero y más importante es consumirla justo después de hacerla o, si no, conservarla en la nevera hasta el momento del consumo. El tiempo máximo que puede estar refrigerada es de 48 horas.
Lo que nunca debemos hacer es servir la tortilla con el mismo plato con el que le hemos dado la vuelta. De hacerlo, el riesgo de contaminación cruzada es muy alta ya que la tortilla entra en contacto con el huevo crudo que queda de manera residual en el plato.
Otra de las recomendaciones es la de cuajar bien la tortilla, para que no suponga ningún problema de salud el huevo crudo. El periodo de incubación de la salmonella oscila entre las seis horas y los seis días, y los síntomas más comunes son: diarrea, cólicos abdominales, fiebre, vómitos, náuseas, escalofríos y dolor de cabeza.
¿Cómo dejar el huevo en su punto?
Para que la tortilla de patatas quede perfecta, es muy importante utilizar una materia prima de calidad. La mejor patata es la gallega y el aceite debe ser virgen extra de sabor suave.
Para dejar el huevo en su punto, hay que cocinar la tortilla a entre 61 y 65 grados. De esta manera, quedará dorada en el exterior y un poco cuajada en el interior.
Source link