Hoy se cumplen 45 años de uno de los goles más célebres y trascendentes de la historia del fútbol. Lo rubricó Antonin Panenka con un lanzamiento de penalti genial, revolucionario por aquellos tiempos y que en la actualidad sigue plenamente vigente despertando aún admiración cuando un jugador consigue emularlo.
El inesperado disparo picado y por el centro de la portería de Panenka, entonces centrocampista del Bohemians de Praga, superó a un incrédulo Sepp Maier, todo un porterazo campeón del mundo en 1974, y fue la última acción de la Eurocopa de 1976, el colofón de la tanda de penaltis de la final disputada en Belgrado.
Un penalti único para un título único
Un gol que dio por sorpresa el primer y único título a Checoslovaquia, selección integrada por la República Checa y Eslovaquia hasta su escisión en 1993, después de que acabaran con 2-2 los 90 minutos y la prórroga ante la República Federal Alemana, que representaba a la parte occidental del país germano antes de la reunificación de éste en 1990.

Checoslovaquia se adelantó en la primera parte con goles de Jan Svehlik y Karol Dobias, de fuera del área. Pero los alemanes, que con Helmut Schoen en el banquillo entonces ya daban muestras de no rendirse nunca, volvieron a forzar la prórroga.
Dieter Müller, Pichichi del torneo con cuatro goles, replicó con una media chilena antes del descanso y Bernd Hölzenbein, de cabeza en un córner, puso el 2-2 en el 89’.
La primera final decidida por penaltis
El campeón de un gran torneo de selecciones se decidió en la tanda de penaltis por primera vez en la historia (5-3). Todos los lanzamientos fueron transformados hasta que Uli Hoeness falló el cuarto de la RFA al tirar el balón alto.
Entonces aquel histórico 20 de junio de 1976 apareció Panenka, a sus 27 años, para dar el triunfo a Checoslovaquia con una serenidad pasmosa pese a la enorme trascendencia y máxima presión del momento. Tuvo la serenidad de ver cómo Maier se estiraba hacia el lado izquierdo y picó sutilmente con la punta de la bota la parte inferior de la pelota, que se levantó un par de metros describiendo una vaselina y entró lentamente por el centro de la portería sin que el meta alemán, ya en el césped, pudiera hacer nada para reaccionar. Un gol de hace 45 años que no pasa de moda.
Una revista en su honor
Un periodista francés le llamó el “poeta del fútbol” y el 20 de junio de 2011, coincidiendo con el 35 aniversario de su histórico gol, nació en Barcelona la revista Panenka, publicación mensual que aborda la cultura futbolística bajo un enfoque histórico, cultural, social o político.
Precisamente, en una entrevista a Aitor Lagunas, editor de la revista, Panenka reveló que comenzó a lanzar el penalti como él patentó un par de años antes de aquella final. “Solía quedarme con el portero Zdenek Hruska después del entrenamiento del Bohemians. Nos apostábamos cosas en tandas de penaltis (cervezas, chocolate) y él era tan bueno que casi siempre me ganaba. Una vez por la noche pensé en ese tiro centrado y flojo, que sorprendería al portero casi tirado a un lado”, recordó. Luego ya lo probó en amistosos, partidos oficiales y se estrenó con la selección checoslovaca en aquella célebre final.
Me pedí el último penalti
No se planteó lanzar el penalti de otra manera. Tan seguro estaba que “dos meses antes ya sabía que iba a pasar todo eso. No sé por qué pero es así, estaba convencido de que llegaríamos a los penaltis, que yo dispararía el definitivo y estaba seguro al mil por ciento de marcarlo con mi método. Sí, me pedí el último penalti”.
De haber fallado, no hubiera podido seguir jugando a fútbol
Pelé dijo que solo un loco o un genio podía lanzar un penalti así, pero Panenka era plenamente consciente de la responsabilidad que asumía: “Después del partido, cuando la gente me preguntaba qué habría pasado si no hubiera marcado, dije que me hubiera metido a tornero, que es mi profesión de formación, porque no creo que hubiera podido continuar jugando al fútbol. Y luego me llegaron rumores de que si no hubiera acertado podría haberse interpretado como una deshonra al régimen y a la patria y podría haber padecido represalias más fuertes”.
Panenka quita importancia a su famoso lanzamiento: “Mucha gente me comenta que soy conocido en todo el mundo por haber inventado un penalti pero bueno, también Thomas Alva Edison es famoso por haber inventado la bombilla”
Panenka admite que “cuando veo una tanda de penaltis no me fijo en quién los tira sino cómo se comportan los porteros” y en esta línea explica la clave de su método: “No se trata simplemente de mandar el balón al centro de la portería sino de convencer al portero de que la vas a poner en un lado, con gestos, con miradas, y luego sorprenderle”.
Orgulloso cada vez que ve un penalti ‘a lo Panenka’
Cuando algún jugador tira un penalti así su precursor se siente homenajeado: “Claro que sí, me alegra mucho que esta idea siga viva. Me siento un poco orgulloso, incluso, cuando el periodista no se olvida de mencionar que se trata de un penalti ‘a lo Panenka’”. A sus 72 años, su legado es eterno.
