Que un árbitro haga repetir un lanzamiento de penalti no es estrictamente excepcional. Pero que lo haga repetir hasta dos veces, ya no es tan corriente. Esto es lo que vivió el Camp Nou en el partido FC Barcelona-Salamanca de la jornada 3 de la Liga 1978-79, con tres protagonistas: el delantero goleador del Barça, el austriaco Hansi Krankl; el portero argentino del Salamanca, Jorge D’Alessandro; y el colegiado, el malagueño José Navarrete.
Corría el minuto 23 de partido y en una acción de ataque azulgrana, Balbino evitó el gol de Krankl con un manotazo. Lanzó el austriaco y D’Alessandro detuvo el disparo. Pero Navarrete ordenó repetir el lanzamiento por considerar que el guardameta argentino se había adelantado en su posición bajo los palos antes de que el árbitro hiciera sonar su silbato.
Esta vez sí marcó Krankl, pero entonces el colegiado indicó que había que volverlo a repetir porque un jugador del Barça -en concreto, Paco Fortes- había entrado en el área antes de que su compañero lanzara el penalti.
Y repitió Krankl: y marcó. Y ahora sí, a la tercera fue la vencida, Navarrete fio por bueno el 1-0.
En la crónica del partido publicada por EL MUNDO DEPORTIVO se pudo leer esta valoración de una acción tan excepcional: “Reglamento en mano es posible que las decisiones arbitrales fuesen correctas y que los motivos de invalidación en los dos primeros lanzamientos fuesen apreciados con exactitud. Sin embargo, de no existir, urge la incorporación al Reglamento de una cláusula que limite el número de posibles repeticiones de un castigo máximo, si es que quieren evitarse posibles situaciones, de garantizada conflictividad. Un penalty repetido cuatro, ocho, diez veces, no parece experiencia recomendable, por más que el Reglamentó pudiera abonarla. La proclividad al infarto del hombre de nuestros días, justificaría por sí sola el encontrar un expediente suavizador de esas ejecuciones… repetidas”.
El partido, por cierto, lo ganó con claridad el Barça, con dos goles más sumados a los de Krankl, de Esteban siete minutos después y de Neeskens, ya avanzado el segundo tiempo.
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