El Pentágono admite no tener un plan para acercar a Kabul desde el resto del país a los afganos que colaboraron con EE UU

Cientos de afganos rodeaban este lunes un avión militar de transporte de EE UU en el aeropuerto de Kabul.
Cientos de afganos rodeaban este lunes un avión militar de transporte de EE UU en el aeropuerto de Kabul.Shekib Rahmani / AP

Tras las escenas de tensión vividas este lunes en la pista, la Casa Blanca ha confirmado este martes mediante un comunicado que el aeropuerto internacional Hamid Karzai de Kabul está abierto y que los vuelos pueden aterrizar y despegar, incluso desde el sector civil de sus instalaciones, donde la víspera se produjeron incidentes por los intentos desesperados de miles de afganos de abordar cualquier avión. Un total de 3.500 soldados estadounidenses se han desplegado en el aeródromo para garantizar las labores de evacuación. El lunes fueron repatriadas más de 700 personas, entre ellas 150 estadounidenses, y este martes está previsto que los aviones militares de EE UU continúen sacando a connacionales y personal de su Embajada en Kabul, cerrada desde el domingo.

El Pentágono ha confirmado este martes que los vuelos de repatriación continuarán hasta el próximo 31 de agosto y que se harán “de manera segura y ordenada”. Gracias al paulatino despliegue de tropas de refuerzo -en total serán 7.000 efectivos-, el plan es acelerar el operativo hasta llegar a un ritmo de un vuelo cada 60 minutos “durante las próximas 24 horas”, ha informado en Washington el general Hank Taylor, del Estado Mayor norteamericano. “Al máximo de nuestras capacidades, esperamos entre 5.000 y 9.000 salidas por día”, ha dicho el militar. La línea de comunicación establecida entre las fuerzas responsables de garantizar la seguridad del aeropuerto y las nuevas autoridades de Kabul permitirá agilizar el operativo. Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de presidente Joe Biden, confirmó hoy en rueda de prensa la existencia de ese hilo directo: “Los talibanes están dispuestos a permitir un acceso seguro de los civiles al aeropuerto, y nosotros nos aseguraremos de que cumplen lo prometido”.

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No obstante, según ha reconocido este martes el portavoz del Pentágono, John Kirby, Washington no dispone de ningún plan para ayudar a afganos de otras partes del país a llegar a la terminal, aunque hayan sido colaboradores de sus tropas en el pasado. Eso dejaría en la estacada a un número indeterminado de traductores, conductores y otros trabajadores que ahora corren el riesgo de sufrir represalias por los talibanes por su colaboración con los ocupantes.

“EE UU tiene la obligación de ayudar a estas personas y sus familias, pero ahora el Gobierno está centrado en la seguridad del aeropuerto. Hay mucho que hacer al respecto”, ha declarado Kirby. El Pentágono cifra entre 5.000 y 10.000 el número de estadounidenses que se hallan “cerca de Kabul”, según declaraciones del portavoz a la cadena de televisión CNN. Este domingo se calculaba que los planes de evacuación de la colonia estadounidense y de varios miles de colaboradores afganos contemplan la salida de cerca de 30.000 personas.

Por eso los afganos procedentes de otras partes del país que no puedan llegar a las instalaciones aeroportuarias deben tramitar sus visados y consultar con el Departamento de Estado, indicó el portavoz del Pentágono. Sería la única manera de conseguir la ayuda de Washington para dejar el país, insistió. “Hay un proceso [administrativo] que seguir y les aliento a que, si no se han inscrito en el sistema, lo hagan”, explicó Kirby.

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Los colaboradores afganos abandonados a su suerte tras la retirada militar de EEUU afrontan un futuro incierto, pese a la existencia de un programa especial de visados creado en 2008 para permitirles entrar regularmente en EEUU. Los trámites para conseguir una de estas visas pueden demorarse hasta tres años, lo que explica la desesperación de quienes en su día colaboraron con las tropas ocupantes y hoy quedan al albur de los talibanes. Más de 20.000 afganos tramitaban el permiso de entrada la semana pasada, antes de la caída de Kabul, según el Departamento de Estado.

El presidente estadounidense, Joe Biden, ha afirmado este lunes que no evacuaron antes a los civiles afganos porque “algunos no querían irse” y el Gobierno de Kabul desanimó a Washington, temeroso de que un éxodo masivo pudiera desencadenar “una crisis de confianza” en el país. Alrededor de 2.000 afganos, los que se anticiparon a tramitar el visado, ya han sido reubicados en tres complejos militares de EEUU. A ellos se unirán otros 22.000, mientras 8.000 más recalarán en un tercer país. Albania -miembro de la OTAN-, Kosovo -muy agradecido a EEUU por su apoyo durante la guerra y la posterior independencia- y Macedonia del Norte se han ofrecido a acoger a un número indeterminado de ellos.

El secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, ha reiterado este lunes en declaraciones a la CNN “el compromiso de hacer todo lo posible para ayudar a los socios afganos que han trabajado con nosotros durante estos veinte años”. El jefe de la diplomacia de Biden han subrayado, no obstante, que la prioridad de la Casa Blanca es asegurar la salida de los estadounidenses.

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