Los Detroit Pistons, con sus miserias, también dejó al descubierto las de los Dallas Mavericks y Luka Doncic, del todo a la nada, de ganar al campeón -los Warriors-,a estamparse en la prórroga (131-125) contra el que llegaba al partido como peor equipo de la NBA (5-18), que delató dos verdades en los Mavs, ya sabidas pero recordadas en voz alta por la franquicia de Michigan: los compañeros de Luka no se las apañan solos cuando el esloveno delega en ellos y que a Doncic, si tiene alguna debilidad que le urge mejorar desde ya, es la defensa. A pesar de las múltiples alternativas defensivas planteadas por los Pistons, el genial base se fue a los 35 puntos (13/25 en lanzamientos y un fabuloso 7/14 en triples) y 10 asistencias pero el peor más-menos de Dallas le correspondió a él (-13), endeble cerca de su aro y responsable de los 7 primeros puntos que anotó Detroit en el tiempo extra.
Pero esa misma prórroga, en la que recibió constantes 2×1, fue también la que señaló la fragilidad bajo presión de sus compañeros, que cumplieron hasta que se derrumbaron en esos momentos de determinantes. Tim Hardaway se disparó hasta los 26 tantos (9/20 en TC y 6/14 en triples) pero falló un tiro de tres liberado con 128-125 a falta de un minuto y el ‘colmo’ fue Maxi Kleber, que entregó el partido entero a los Pistons con el 131-125 ya en el luminoso fallando una sencillísima bandeja a falta de 10 segundos. Christian Wood fue también uno de los más fieles acompañantes de Doncic, con 25 puntos (10/13 en TC), y anotándolas de todos los colores, en la pintura, en la media distancia y en el perímetro. Sin embargo, algo falló cerca de su aro para los de Jason Kidd, superados por el nervio de los Pistons en el rebote (52 a 30).
Era una tarde perezosa, poco apetecible para Doncic, saciado, con la barriga ya llena tras ganarle en San Francisco a Stephen Curry y con firma de autor, 42 puntos suyos. Los planes se los hizo Bojan Bogdanovic, un tocayo balcánico el bosnio de vuelta de todo. Tras 14 puntos de Luka en el primer cuarto, le hacía reír el alero de 33 años a Doncic. Una amistad ‘peligrosa’ que desembocó en una noche movida para el esloveno, sufriendo ante la defensa del bosnio y, sobre todo, ante su exhibición ofensiva, 30 puntos (10/14 en TC y un 5/6 en triples) que se atrevió a adornar osando ante la presencia del mismísimo Doncic uno de esos tiros lejanos tan suyos, el de lanzar tras el elegante step-back.
El jugador ‘clutch’ fue, sin embargo, Killian Hayes, reclamando su cuota de protagonismo en el futuro del basket francés el base de 21 años por mucho Victor Wembanyama no deje ni las migajas con su fama con dos triples finales que supusieron la rendición de Dallas.
En la conversación de cada partido que juega Doncic siempre surge el apasionante interrogante de qué elegirá el rival para silenciarle, o cuanto, menos que haga el menor ruido posible. El conjunto de Dwane Casey propuso diferentes alternativas defensivas y fue ajustando según Luka, que siempre acaba encontrando la solución, respondía. Lo que sí fue permanente durante el partido fue la zona 2-3 de los Pistons, que empezaron con 4 en zona y un jugador sobre el esloveno en el primer cuarto. La más rápida pero a la vez más complicada solución para el ex del Real Madrid era el triple. Pero para él, que vivió su mejor noche de la temporada desde el perímetro con ese 7/14, fue ‘demasiado’ sencillo: 3/5 para 14 tantos en el primer parcial (36-36) y no se hable más.
Detroit no estaba defendiendo los bloqueos -los 4 jugadores restantes permanecían en zona sin que ninguno cogiera al base una vez superado el defensor con la pantalla-, y ante eso ‘pululaba’ libre Luka, con margen para tirar de tres y pensar para crear juego, con 5 asistencias en los primeros 12 minutos. Así que los Pistons decidieron pasar a defender los bloqueos cambiando con Bogdanovic empezando a hacer su trabajo. Doncic se quedó en 6 puntos en el segundo parcial aunque sólo jugó 5 minutos.
Dallas, también en zona, no podía contener la ofensiva de los Pistons, atinada desde el triple (43% con un 15/35), con el tiro de media distancia, los puntos tras rebote y canasta tras corte por línea de fondo en los que cogió más de una vez desprevenido a Doncic, apático en la defensa del perímetro y superado en el uno contra uno por el ‘rookie’ Jaden Ivey (16 puntos) y Bogdanovic. Detroit intentó ahogar a Dallas en el tercer cuarto con incesantes 2×1 sobre Doncic -cuando no eran a media pista al inicio de jugada llegaban tras pick & roll, y acabaron de presentar candidatura para la sorpresa (99-89 al final del tercer cuarto).
En una prueba irrefutable de que pesó más en este encuentro la dejadez del esloveno en defensa antes que su excelencia en ataque, los Mavericks se las arreglaron sin el base en el parqué para levantar la ventaja (103-104 a falta de 7:34). Entró Luka con 107-104 y aunque los Pistons se volvieron a ir, un triple suyo más una bandeja de Reggie Bullock dieron a los de Kidd una segunda oportunidad en una desdichada prórroga para Dallas. Demasiadas imperfecciones por ahora en un equipo con deseo de anillo. Aunque hasta los genios precoces puedan mejorar, y más todavía tan joven (23 años). Doncic ya no puede hacer más.