En el fútbol dos más dos no siempre son cuatro y lo que en ocasiones parece algo lógico, que cae por su propio peso, termina convirtiéndose en algo difícil de explicar. Si en Zubieta ha habido una generación de futbolistas llamada a triunfar en la Real y sobre la que había depositadas grandes esperanzas, esa era la del 95. Campeones de Liga juvenil y subcampeones de la Copa de Campeones tras perder a penaltis ante el Real Madrid, los focos les apuntaron directamente en la Youth League, donde dejaron una gran imagen tras caer en octavos ante el Shalke 04 de Leroy
Sané.
Eneko
Capilla, Jon
Guridi, Martín
Merquelanz, Jon
Bautista, Luca
Sangalli y Álvaro
Odriozola fueron la imagen triunfal de aquella quinta. Los seis consiguieron debutar en el primer equipo, pero sólo el último, ahora en el Madrid, ha conseguido, por ahora, brillar en la Real aunque, como el resto de sus compañeros de camada, tampoco atraviesa su mejor momento. Las explicaciones pueden ser múltiples, pero también es cierto que casi todos, como si de una maldición se tratara, han sufrido lesiones graves y en momentos decisivos.
El primero en debutar con la Real fue Eneko
Capilla, que en mayo de 2015 se estrenó ante el Levante. Unos meses antes, el club le había renovado su contrato, que vencía en 2016, hasta 2020 en una clara apuesta por sus condiciones.
Pero en marzo de 2016, jugando en el Calderón ante el Atlético, sufrió una durísima entrada de Augusto
Fernández que le provocó una grave lesión en su tobillo izquierdo.
Sin opción de jugar demasiado fue cedido al Numancia la temporada siguiente y luego a la Cultural Leonesa para finalmente ser traspasado en julio de 2019 al Asteras Tripolis griego, donde en enero de 2020 se rompería el cruzado.
Dudas sobre su futuro
El siguiente en debutar fue Jon
Bautista, en abril de 2016 ante el Villarreal. Meses antes había renovado su contrato hasta 2020. Era el goleador esperado. 12 tantos en 18 partidos en el Sanse le habían abierto las puertas del primer equipo, con el que anotó tres tantos en apenas 300 minutos. La cosa prometía. Tanto que el Athletic maniobró para ficharle, reaccionando la Real con una nueva renovación en junio de 2017 que ampliaba su vínculo tres campañas más (hasta 2023) y aumentaba su cláusula de rescisión hasta los 50 millones. Escaso protagonismo por la enorme competencia con Willian
José, Isak y Carlos
Fernández y una fallida cesión al Eupen belga le tienen ahora mismo sumido en un mar de dudas sobre su futuro.
Los goles de Bautista
Tras Bautista, en marzo de 2017, debutó Jon
Guridi frente al Alavés, pero pocos días después se lesionó gravemente de su rodilla derecha. Estuvo casi un año sin jugar y, reactivado tras una cesión en el Mirandés, regresó a casa, donde trata de hacerse un sitio mientras decide si renueva o si busca más minutos en otros lares.
Parecida situación atraviesa Martín
Merquelanz, quien tras sendas roturas de cruzado en ambas rodillas -la segunda en agosto de 2018 en Ipurua a los pocos segundos de su debut- y un gran año en Miranda no ha terminado por consolidarse en la Real. Renovado el pasado verano hasta 2025, su futuro tampoco está claro.
Luca
Sangalli dará un paso atrás bajando al Sanse para intentar volver a ser aquel futbolista que enamoró a la afición con aquel tanto en San Mamés. Un ictus interrumpió su progresión pese a lo que fue renovado hasta 2022. Pero en junio de 2020 fue operado de una lesión en su rodilla izquierda y en septiembre, cuando correteaba por Zubieta en plena recuperación, sufrió una fractura transversal de la rótula izquierda por estrés que le ha mantenido inactivo toda la temporada.
Quién lo hubiera imaginado aquel otoño de 2013 cuando los chicos del 95 derrotaban con un tanto de Odriozola al Manchester United de Paul
Scholes.
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