El peso mexicano cae con fuerza tras la salida del secretario de Hacienda


El golpe de la renuncia del secretario de Hacienda mexicano ha tenido una reacción inmediata en los mercados financieros. El mercado cambiario, el termómetro más inmediato y fiable para medir la incertidumbre, respondió durante la mañana con una abrupta caída del peso en la paridad con el dólar, que fue suavizándose durante la jornada. La Bolsa y el bono soberano también se resintieron tras la salida del ministro.

De manera inmediata al anuncio de la renuncia de Carlos Urzúa, el peso mexicano perdió más de un 2% hasta alcanzar las 19,35 unidades por cada dólar, mínimo en más de un mes. Una caída, en todo caso, no tan acusada como durante los peores momentos de la crisis diplomática con EE UU de principios de junio. La amenaza de imposición de aranceles a las exportaciones mexicanas elevó la temperatura por encima de los 19,77 por cada dólar, mínimo en lo que va de año.

Tras la salida a la palestra de López Obrador y el nombramiento como nuevo secretario de Arturo Herrera, hasta ahora número dos de la cartera, rebajaron la caída al entorno del 1,30%. La amortiguación del golpe tiene mucho que ver con el anuncio del dato mensual de inflación, que vuelve a la senda marcada por el Banco de México —por debajo del 4%— tras salirse del margen en mayo.

La Bolsa mexicana también respondió profundizando la línea descendente con la que había iniciado la jornada. A medio día, la caída rondaba casi un 1,5%. En lo que va de año, el índice mexicano se ha dejado casi un 10%. El rendimiento del bono soberano a 10 años, la pauta para medir el riesgo país, también se recalentó en el mercado secundario hasta los 7,5%. Moderadamente más lejos aún de las cotas superiores al 9% que alcanzó durante los meses posteriores a la toma de posesión del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y su polémica decisión de cancelar la megaobra ya empezada de un nuevo aeropuerto en la capital. El aeródromo estaba proyectado para ser el mayor de toda Latinoamérica. Una decisión que supondrá un desembolso extra en los presupuestos de más de 4.000 millones de dólares en recompra de deuda emitida por el Gobierno anterior.

Este tipo de decisiones, con una fuerte carga de arbitrariedad, han sido el detonante de la renuncia de Urzúa, un académico de prestigio internacional, que en su carta de salida ha apuntado a que “se han tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento” ni “base en evidencia”. México salvó, de momento, la bala arancelaria de Trump, pero la imprevisibilidad de algunas decisiones va erosionando la confianza de los inversores y la economía mexicana ya ha comenzado a dar síntomas de debilidad. Tanto los organismos internacionales como el propio Banco de México han rebajado recientemente las previsiones de crecimiento para este año por debajo del 2%, un pulso históricamente insuficiente para acometer las ambiciosas promesas sociales que auparon al líder de Morena hasta la presidencia.


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