Garitano
ha movido fichas en cuanto los resultados le fueron adversos. No se ha acomodado en un discurso cerrado y testarudo, tal y como hicieron
Berizzo o Valverde
. Ahora existen los matices y el equipo lo agradece.
Este Athletic necesitaba de un revulsivo desde que
Aduriz
dio ese lógico paso atrás. La apuesta parecía muy clara,
Williams
era el elegido, pero no ha terminado de funcionar porque la mayoría de rivales se protegen de sus galopadas reduciendo espacios.
Garitano lo ha detectado, devolviendo a la pantera a la banda derecha. Un movimiento temporal que pone en jaque la apuesta de Lezama para el relevo de Aduriz y que abre la puerta a resolver el gran dilema rojiblanco desde que
Raúl García
aterrizase en Bilbao. Es el cambio principal:
Muniain
por dentro. El nuevo efecto dominó. La mediapunta -su posición más natural- se le pone ‘a tiro’. Nada casual, si pensamos en su reciente capitanía y el cambio de Raúl García al falso nueve.
Ahora es el turno de Muniain. Más maduro, más veterano, nuevo capitán. En sus botas residirá el ritmo y la precisión de las jugadas ofensivas de este Athletic cortito de goleadores
Garitano vuelve a tratar de cuadrar ese círculo en el que vuelvan a encajar los tres de arriba dejando un hueco para
Córdoba
, su apuesta personal. Movilidad táctica. De repente la pizarra y la estrategia no vienen preconcebidas hasta el cese o el final de contrato del entrenador de turno y hay que currarse las permutas y las variaciones. Todo empezó con Aduriz, el origen de este pequeño gran terremoto en la vanguardia rojiblanca.
Ahora es el turno de Muniain. Más maduro, más veterano, nuevo capitán. En sus botas residirá el ritmo y la precisión de las jugadas ofensivas de este Athletic cortito de goleadores, renunciando a Williams como nueve tras su mejor campaña y limitando el radio de acción de Raúl. Paradójicamente, los dos que tiraban del carro goleador. Un octubre negro y la valentía de Garitano abren la puerta al ‘plan B’. Garitano sí lo tenía
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