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El PP asume el error de la telepredicadora en un mitin con Feijóo pero se reafirma en el acercamiento a la Iglesia evangélica

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El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, asisten al Besamanos del Señor del Gran Poder este martes 4 de abril.María José López (Europa Press)

Alberto Núñez Feijóo recorrió este martes una decena de hermandades de la Semana Santa en Sevilla. Acompañado del presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, que ejercía de anfitrión, y del candidato del PP a la alcaldía de Sevilla, José Luis Sanz, el líder del PP se dejó ver también asistiendo al paso de varias cofradías en el martes santo, como un devoto más. Hace apenas unos días, a finales de marzo, el mismo Feijóo participaba en un mitin organizado por el PP de Madrid dirigido a la comunidad latina en el que una pastora evangelista, Yadira Maestre, pidió entre aleluyas la bendición para Feijóo, para Isabel Díaz Ayuso y para José Luis Martínez Almeida en un acto que suscitó comparaciones con el bolsonarismo y el trumpismo, movimientos que se apoyaron en el voto ultraconservador de millones de evangélicos.

El problema de aquel acto con los evangelistas, del que la cúpula del PP se dio cuenta después, es que la pastora que participó pertenece a una organización religiosa ultraconservadora que promete “sanar” la homosexualidad, y que el vídeo de Maestre, aunque solo duraba cuatro minutos de un mitin de casi tres horas, se hizo viral. Digerida la polémica con los días, la dirección de Feijóo reconoce el “error” de haber contado con una telepredicadora evangelista en un acto de partido. El traspié provocó un profundo cabreo del líder, que ni siquiera había llegado al mitin cuando la pastora habló y que no sabía quién era, pero que asume la responsabilidad porque la religiosa intervino con las siglas del PP a su espalda.

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“El problema fue no saber quién hablaba en un acto del presidente y qué es lo que había dicho antes”, admite un miembro de la cúpula nacional, que apunta al PP de Madrid como el responsable de la participación de la telepredicadora. En la Puerta del Sol también admiten la equivocación porque “las telepredicadoras no deben ir a los mítines” y asumen la paternidad del traspié: “Se la colaron al PP de Madrid”.

Al margen de ese error, la dirección nacional del PP sí se reafirma en su acercamiento a la Iglesia evangélica y fuentes de la cúpula indican que les está granjeando una potente respuesta positiva de la comunidad latina. Aunque el riesgo, en paralelo, es que la Iglesia católica, con un vínculo histórico con la derecha y el PP, se levante en armas. El portavoz del partido, Borja Sémper, negó este lunes que el PP haya recibido alguna queja de la Conferencia Episcopal, pero también enfatizó la aconfesionalidad del Estado y el respeto del PP a “todas las religiones”, sin priorizar a ninguna. “Nosotros creemos en la libertad de los individuos y, por tanto, también en que vivimos en un Estado aconfesional en el que hay muchas religiones. Los poderes públicos se relacionan con normalidad y naturalidad, también quienes nos dedicamos a la política, con todas las confesiones y con todas las religiones. Con normalidad y respeto”, subrayó Sémper.

Sin llegar a manifestar una queja pública, tras el acto con los evangelistas la Conferencia Episcopal ha exhibido frialdad y distancia con el PP. César García Magán, secretario general de los obispos, remarcó la semana pasada que “la Iglesia Católica en España no tiene ningún partido”, informa Julio Núñez. “No hay ningún partido que sea hegemonía de la Iglesia Católica ni la Iglesia católica es hegemonía de ningún partido político. Por lo tanto, es un asunto interno del Partido Popular. Han invitado a esta pastora, ella ha ido y tal. Pues ellos sabrán. Es un asunto interno del partido popular y de los hermanos evangélicos. Ellos sabrán. El Partido Popular ni ningún partido es el partido de la Iglesia católica”, subrayó Magán preguntado por ese mitin con la presencia de la telepredicadora en rueda de prensa.

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El mitin evangelista no es el único asunto que ha distanciado en los últimos meses al PP con la Iglesia católica. Feijóo ha recibido fuertes críticas de algunos obispos, como el de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla, por su cambio de postura sobre el aborto al aceptar la ley de plazos tras la sentencia que la avaló del Tribunal Constitucional. “La traición del Partido Popular a la causa de la vida es total y absoluta”, llegó a decir el religioso. “No se puede ir mas lejos: han asumido todos los parámetros de la izquierda más radical”. Tras las críticas de la Iglesia y los sectores más duros de la derecha, Feijóo matizó el giro defendiendo que el aborto era un derecho, “pero no un derecho fundamental”, aunque mantuvo su respaldo a la ley vigente sobre la interrupción del embarazo.

Todavía más reciente es otra decisión de Feijóo que choca con la Iglesia, la de abrir la puerta a regular los vientres de alquiler siempre que no medie contraprestación económica. El secretario general de los obispos, César García Magán, ha manifestado el rechazo de la Conferencia Episcopal a esta práctica con el argumento de que “la maternidad es un don, no es en sentido estricto un derecho, es un regalo” y “no se puede tratar a las madres gestantes como incubadoras”. De nuevo, tras el revuelo, Feijóo trató de enfriar el debate y precisó que no cree que sea el momento de abrirlo.

Declaraciones pro-católicas

Feijóo, no obstante, también tiene hemeroteca de declaraciones pro-católicas ―aunque las rectificó después― como cuando dijo, tras el asesinato por parte de un hombre marroquí a un sacerdote en Algeciras en enero, “no verá usted a un católico matar en nombre de su religión. Otros pueblos tienen algunos ciudadanos que sí lo hacen”.

La dirección popular asegura estar tranquila pese a las discrepancias con la Iglesia católica. Los populares sostienen que no les preocupan porque el impacto social de los obispos es ya relativo y porque, en todo caso, el electorado ultrarreligioso “ya está en Vox” y no va a volver al PP. Por si las moscas, como en una suerte de expiación de los pecados, el líder del PP no se ha querido perder estos días la Semana Santa sevillana.


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