El Prado incorpora a sus colecciones a Picasso

'Buste de Femme 43', obra realizada por Pablo Picasso en 1943.
‘Buste de Femme 43’, obra realizada por Pablo Picasso en 1943.Alberto Otero Herranz

Pablo Picasso se incorpora a las colecciones del Museo del Prado. Había entrado en otras ocasiones en el pasado, como parte de exposiciones temporales, e incluso fue su director durante la Guerra Civil, pero esta vez ha llegado para quedarse. En el patronato de la pinacoteca celebrado esta mañana se ha aprobado la donación de Buste de Femme 43, pintada por Picasso en 1943. La obra, un retrato con ecos en la gran tradición de la pintura española a la que sirve de hogar la institución, llega al museo a través de la fundación American Friends of the Prado Museum.

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La pieza se colocará en la sala de retratos del Greco, donde hasta el pasado domingo se podía visitar la exquisita muestra El Greco en Illescas, y es propiedad de la Aramont Art Collection, de la familia Arango Montull. Estará en depósito durante cinco años, y después de ese tiempo se convertirá en una donación, de acuerdo con lo que prevé la ley estadounidense, país donde estaba el lienzo. “Es un acto de generosidad extraordinario que es también un homenaje a Plácido Arango [los depositantes son sus sobrinos], que tanto quiso al museo”, ha señalado a este diario Javier Solana, presidente del patronato, que ha pilotado una operación que empezó a gestarse en febrero y que ha sido recibida con “gran entusiasmo por los miembros en la reunión de hoy”.

El movimiento cuenta también con el visto bueno del Ministerio de Cultura. Además del picasso, que fue propiedad de Jerónimo Arango, hermano de Plácido Arango, presidente del citado patronato entre 2007 y 2012, el organismo rector también ha admitido en su reunión de hoy la donación del Retrato de Felipe III de Velázquez. Se trata de nuevo de un lienzo ofrecido por American Friends of the Prado Museum ―la fundación que canaliza la generosidad de los coleccionistas estadounidenses hacia la pinacoteca― y en depósito desde 2016, cuando lo entregó al museo el hispanista William B. Jordan, fallecido en 2018. El picasso pasará así por el mismo proceso que el velázquez. Los hermanos Arango murieron ambos en 2020, con pocos meses de diferencia.

Javier Solana ha subrayado que “la decisión de American Friends es, sin duda, una buena noticia para todos los españoles. Un cuadro de uno de nuestros grandes genios nacionales, hasta ahora en manos de una colección privada estadounidense, pasa a ser de acceso público gracias a su generosidad y ello nos alegra a todos los que amamos la obra de Picasso, los museos y la cultura”.

Picasso mantuvo una relación estrecha con el Museo del Prado, desde que la República lo nombró su director en 1936. A su muerte en 1973 legó a la institución un importante conjunto de sus trabajos, entre los que se encontraba el Guernica, 60 dibujos, grabados y bocetos tanto preparatorios como posteriores a la obra definitiva. El Estado español no estableció contactos con el artista hasta la década de los sesenta, cuando se sucedieron infructuosas negociaciones con este, con su abogado y con el MoMa de Nueva York, donde reposaban las obras. Muerto el dictador, se perfiló la venida a España de estas piezas, al tiempo que se acondicionaba el Casón del Buen Retiro para alojarlas. Allí se mostraron entre 1981 y 1992, cuando se trasladaron a un recién inaugurado Museo Reina Sofía.

Presentación en el Museo del Prado del retrato de Felipe III pintado por Velázquez.
Presentación en el Museo del Prado del retrato de Felipe III pintado por Velázquez.

J.Villanueva

Esta institución ha sido desde entonces el lugar natural para el genio malagueño; un real decreto de 1995 estableció que el nacimiento del pintor en 1881 delimitaba el final del arte clásico y el inicio del arte contemporáneo, actuando así como frontera entre las colecciones del Reina Sofía y el Prado. En 2016, los museos reordenaron sus colecciones y los criterios se modificaron. Ángeles González-Sinde, presidenta del patronato del Reina Sofía, ha celebrado la noticia en conversación con EL PAÍS. “Estábamos perfectamente informados, y nos parece bien. Es la expresión de la generosidad de Plácido Arango hacia una institución a la que estuvo íntimamente ligado. La familia quería que estuviera allí. Solo queda celebrar un gesto así”, ha explicado González-Sinde, que no cree que sea la intención del Prado continuar incorporando a sus colecciones más piezas de esa época. “Había dos opciones”, señala una fuente del Prado, “o exponer nosotros el picasso, o que no estuviera a disposición del público y colgara en un domicilio particular”.

Existe todo un historial de excepciones al real decreto de 1995

En febrero pasado, la pinacoteca también se adentró en la zona gris de la distinción fijada entre ambos museos con la adquisición de un cuadro de María Blanchard (nacida en 1881). Existe todo un historial de excepciones a esa norma. El Reina Sofía adquirió en 2008 dos esculturas de Medardo Rosso, nacido en Turín en 1858. Un año después, el Prado cedía dos goyas a aquella pinacoteca, pues en la visión personal de su recién nombrado director, Manuel Borja-Villel, aún en el cargo, la historia del arte moderno comienza con el pintor zaragozano. Quizá como un modo de evitar futuros encontronazos, el 12 de junio de 2014 los equipos de ambas colecciones otorgaron carta de naturaleza legal a estas salvedades: acordaron dejar fuera del decreto de 1995 todas aquellas obras adquiridas con posterioridad a dicha partición. El Prado hizo uso del nuevo contrato tácito en 2019, cuando aceptó 11 piezas del coleccionista Hans Rudolf Gerstenmaier.

Por otro lado, durante la reunión del patronato de esta mañana también se han aprobado las cuentas correspondientes al ejercicio 2020, un año marcado por la emergencia sanitaria debido a la pandemia, que se cerró con un resultado patrimonial negativo de 18,5 millones de euros. El director del Museo Nacional del Prado, Miguel Falomir, destacó en su intervención que “el museo ha demostrado ser capaz de superar todas las dificultades ―gracias al esfuerzo conjunto de todos sus empleados― y seguir funcionando de manera ejemplar, manteniendo un elevado nivel de actividades y excelencia que ha reforzado su vínculo emocional con la sociedad española”.


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