Resultan sorprendentes las declaraciones vertidas anoche por el presidente de la Federación Francesa, Le Graet, en Radio Montecarlo sobre Zidane que han provocado multitud de reacciones, hasta del propio gobierno francés, obligando a pedir disculpas este mismo lunes.
No sólo por el desprecio cuando habla del ex técnico del Real Madrid sobre que le “importa un bledo, ¡que se vaya donde quiera!” en referencia a su posible futuro en Brasil o que no “le habría cogido siquiera el teléfono” en caso de que le hubiera llamado en los días previos a la confirmación de Didier Deschamps en el cargo como seleccionador hasta el 2026.
Sorprendentes porque, como ya publicamos en Mundo Deportivo el pasado 21 de noviembre y hemos vuelto a confirmar, había un preacuerdo existente entre la Federación Francesa y el propio Zidane para hacerse cargo desde este mes de enero del combinado galo. Un acuerdo condicionado a que pasara con el futuro de Didier Deschamps y su cláusula en caso de alcanzar las semifinales del Mundial, como así acabó sucediendo. El pasado sábado se hacía oficial la continuidad de Deschamps hasta el próximo Mundial del 2026.
Una aventura que Zidane no iba a emprender sólo, sino que estaba previsto que le iban a acompañar algunos de sus ayudantes más próximos en su periplo en el banquillo del Real Madrid. Empezando por su ayudante y mano derecha David Bettoni, quien incluso llegó a tomar las riendas del banquillo blanco cuando Zidane se vio afectado por el coronavirus.
Tanto es así que, según ha podido saber este periódico, el compañero de viaje tenía acordadas también las condiciones de su contrato como ayudante en el combinado nacional. Emolumentos por debajo de lo que estuvo percibiendo durante su etapa en el Real Madrid donde estaban por encima de los seiscientos mil euros anuales. Un Zidane que, consciente de la situación, prefirió no acudir y rechazar la invitación que le realizó la Federación Francesa de Fútbol para acudir a la final del pasado Mundial de Qatar ante Argentina. Para evitar ser foco de atención en una cita tan importante para su país ante la posibilidad de haber podido ganar su segundo mundial consecutivo.
No olvidemos que el 25 de octubre del año pasado el propio Zidane reconoció, con motivo de la inauguración de una estatua en el Museo de Grevin, que su regreso a los banquillos sería muy pronto.
La última aparición pública de Zidane fue el 22 de octubre con motivo de la entrega del Balón de Oro donde el mismo fue el encargado de dárselo a Karim Benzema. Zidane no se sienta en un banquillo desde mayo del 2021 cuando dirigió su último encuentro de Liga con el club blanco en su segunda etapa al frente del Real Madrid.