El precio de la electricidad no da tregua: en el segundo día de septiembre marcará otro récord histórico, al alcanzar una nueva cota inédita de 140,38 euros el megavatio hora y pulverizando así el anterior máximo del miércoles en los 132,47 euros, según los datos del Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE). Se trata del cuarto día consecutivo batiendo máximos, que ha llevado a cerrar el mes de agosto como el más caro de la historia, con un precio medio diario que roza los 106 euros el megavatio hora.
El pico más alto de este jueves se alcanzará entre las 21.00 y las 22.00 horas, con 148 euros; el más barato serán los 137,78 euros de entre las 16.00 y las 17.00 de la tarde. Los precios disparados de los derechos de emisión de CO₂ en el mercado europeo, y sobre todo la cotización internacional del gas, son los grandes responsables de la espiral alcista, que está afectando con distintas intensidades a todas las plazas europeas. Este jueves, los principales mercados del entorno registrarán precios por encima de los 100 euros el megavatio hora, con España a la cabeza seguida de cerca por Italia, con 139,32 euros.
A ello se añade que en estos primeros dos días de septiembre las renovables, las tecnologías más baratas junto a la nuclear, han estado desaparecidas del panorama español: no han fijado ni una sola hora el precio del mercado mayorista, copado por el ciclo combinado y sobre todo la hidroeléctrica. Esta última tecnología, pese a emplear un recurso natural para producir energía, ofrece a coste de oportunidad: las centrales pueden desembalsar cuando más les convenga, es decir, cuando los precios están más altos.
En el pool, como se conoce al mercado mayorista, el precio se determina a través de un esquema igual para todos los países de la UE, basado en un algoritmo que casa las ofertas de las compañías que producen electricidad, cada hora, con las órdenes de compra. Las ofertas de venta se ordenan de las más baratas, como nuclear y renovables, a las más caras, como los ciclos combinados o el carbón. La última energía que entra al mercado para cubrir la demanda fija el precio y la retribución de las centrales, que es la misma para todas las plantas independientemente de sus costes de producción. Este diseño del mercado genera una sobrerretribución para determinadas fuentes de energías, principalmente la nuclear y la hidroeléctrica, con plantas amortizadas y costes muy bajos de producción ―los conocidos windfall profits o beneficios caídos del cielo―.
Propuestas
Esta escalada alcista está causando fuertes fricciones entre los socios de Gobierno. Por un lado, Unidas Podemos ha propuesto establecer vía decreto precios fijos para la energía nuclear y topes máximos para la retribución de las hidroeléctricas. El ala del PSOE, con la ministra para la Transición Ecológica a la cabeza, Teresa Ribera, defiende por el otro que la fijación de precios es contraria al derecho comunitario sobre el que se basa el funcionamiento del mercado, igual para todos los Estados miembros.
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“Hay dos reglamentos de la UE y una directiva que lo dejan meridianamente claro. No se puede fijar precio, no se puede prohibir el acceso al mercado mayorista y tienen que ser instrumentos de mercado, oferta y demanda los que determinen el precio que se paga”, defendió Ribera en una entrevista publicada este miércoles por EL PAÍS. Lo mismo había subrayado el pasado lunes en una comparecencia en el Congreso de los Diputados, en la que admitió que los precios disparados de la electricidad encarecerán este año la factura regulada (que fluctúa en función del pool y que pagan 10,6 millones de hogares) con respecto al año pasado, en el que los precios marcaron mínimos por la pandemia.
La subida ha sido parcialmente aliviada por la rebaja del IVA del recibo del 21% al 10%, aprobada en junio, y la suspensión del impuesto de generación del 7% durante tres meses, que finalmente se ampliará hasta fin de año. La espiral de precios, sin embargo, se ha comido ya buena parte de este ahorro.
A la vez, el Ejecutivo trabaja en dos medidas estructurales, que se están tramitando como proyectos de ley con carácter urgente, con las que pretende abaratar el recibo en un 15% en el medio plazo. La primera de ellas implica limitar la sobrerretribución de las plantas no emisoras anteriores a la puesta en marcha de la directiva que crea el mercado europeo de derechos de emisión, principalmente nuclear e hidroeléctrica y parte de la eólica.
La otra medida que se está tramitando es la creación de un fondo (Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico o FNSSE) para sacar del recibo el coste de las primas a las renovables. Esa cantidad, en lugar de soportarla exclusivamente los consumidores eléctricos, se repartirá entre todas las comercializadoras energéticas, incluidas petroleras y gasistas. Mientras tanto, se han acelerado las subastas de renovables. Pero los precios, según los mercados futuros, no aflojarán hasta el año que viene.
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