El presidente de Perú enfrenta un juicio político en medio de la pandemia


LIMA — El puesto del presidente de Perú, Martín
Vizcarra, estará en juego el viernes mientras los legisladores de la oposición
siguen adelante con un juicio político criticado por ser un intento de
destitución precipitado y poco oportuno en uno de los países más afectados por
la pandemia.

Los legisladores parecían muy lejos de la mayoría
de dos tercios necesaria para expulsar a Vizcarra del cargo, pero aunque
esquive el intento de destitución, los analistas advirtieron que podría no
salir ileso del proceso.

Su capacidad para sacar adelante la agenda
anticorrupción que ha tratado de convertir en el sello distintivo de su corta
pero accidentada presidencia, podría verse aún más comprometida si se considera
que Vizcarra ha estado implicado en tráfico de influencias.

“Su credibilidad para llevar a cabo esa agenda ya
es problemática”, apuntó Jo-Marie Burt, investigadora del centro de estudios
Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos. “Esto está realmente en
juego”.

La inestabilidad política que sacude a Perú ha
distraído brevemente la atención de uno de los peores brotes de coronavirus del
mundo e implica a una serie de personajes que podrían formar parte fácilmente
del reparto de una telenovela.

En el centro de la trama está la relación entre
Vizcarra y un músico poco conocido, Richard Cisneros, y los cerca de $50,000
que éste recibió en contratos cuestionables con el Ministerio de Cultura por
actividades como charlas motivacionales.

Perú.

Una grabación de audio difundida por Edgar Alarcón
-un legislador investigado por enriquecimiento ilícito- parece mostrar a
Vizcarra coordinando una estrategia de defensa con dos asesores, tratando de
aclarar sus versiones sobre cuántas veces lo había visitado el músico.

Vizcarra insiste en que no hubo ninguna actividad
ilegal y en que no ha sido acusado.

Aunque el presidente puede dirigirse al
Parlamento para defenderse, se espera que esté representado por un abogado.

Los familiares despiden a sus seres queridos con carteles en las calles.

Pero si bien los analistas han criticado el
proceso apresurado por el que se inició el juicio político horas después de la
publicación del audio, muchos están de acuerdo con que el mandatario les debe
una explicación a los peruanos.

“Lo que mejor podría hacer el presidente es ir al
Congreso a explicar los audios y luego guardarse en sus cuarteles de invierno,
dejar el protagonismo a los ministros hasta que finalice su gobierno”, señaló
Alonso Cárdenas, profesor de Políticas Públicas en la Universidad Antonio Ruíz
de Montoya en Lima.

Vizcarra asumió la presidencia en 2018 tras la
renuncia de Pedro Pablo Kuczynski, presionado por el Congreso tras conocerse la
existencia de pagos no revelados por un importe cercano a los $782,000 a su
firma privada de consultoría de parte de la constructora Odebrecht, en el
centro de un escándalo de corrupción que salpica a toda la región.

Intentaban escapar tras la llegada al lugar de la Policía Nacional del Perú.

Odebrecht admitió haber pagado unos $800 millones
en sobornos a funcionarios en toda Latinoamérica y casi todos los expresidentes
peruanos vivos han sido implicados en la trama.

Vizcarra, que en ese momento era vicepresidente y
fungía como embajador en Canadá, es ingeniero civil y era considerado un novato
desconocido en política.

Pero ha logrado convertirse en un presidente muy
popular y recientemente alcanzó un índice de aprobación del 57% en un sondeo a
pesar de la crisis económica por la pandemia y la elevada tasa de contagios.

Muchos peruanos lo ven como un líder sincero que
se ha enfrentado a la corrupción, destituyendo al Congreso el año pasado en una
medida osada aclamada por la ciudadanía como una victoria contra una clase
política deshonesta.

Además, impulsó iniciativas para reformar el
proceso de elección de los jueces e impedir que políticos con antecedentes
delictivos aspiren a un cargo publico.

“Es el único presidente que sin mucho poder se ha
enfrentado a los sinvergüenzas que han robado siempre”, dijo Pedro Quispe, un
profesor jubilado que vendía mascarillas recientemente.

Según Steve Levitsky, politólogo de la
Universidad de Harvard, Vizcarra ha dado “algunos pasos modestos hacia adelante”
en lo relativo a la corrupción.

“No ha sido capaz de llevar a cabo toda la
reforma política que él y sus aliados esperaban”, apuntó Levitsky. “Pero la
corrupción en los países de ingresos medios nunca se ha eliminado en una única
presidencia”.

Vizcarra trató de frenar su juicio político
presentado una demanda ante el Tribunal Constitucional, pero los magistrados
determinaron el jueves que el procedimiento podía seguir su curso, bajo la
creencia de que los legisladores no podrían destituirlo.

Está por ver en qué medida podría afectar este
escándalo a los siete meses que le quedan en el cargo. Vizcarra gobierna sin
bancada parlamentaria, la pandemia sigue avanzando sin control y la contracción
económica ha dejado a millones de personas en la pobreza.

Su presidencia parece que terminará rodeada de
crisis.

“Está muy aislado, muy solo”, dijo Burt.
“Realmente, no creo que nadie esté ganando con esta situación”.




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