El presidente de Somalia amplía dos años su mandato y agudiza la crisis política


El presidente de Somalia, Mohamed Abdullahi Mohamed, conocido como Farmajo, firmó este martes una ley para prolongar su mandato otros dos años, después de que dicha propuesta fuera aprobada el pasado lunes por el Congreso, anunció el ministro de Comunicación, Osman Dubbe, a través de la agencia estatal de noticias. Esta controvertida medida supone, según la oposición, “una amenaza para la estabilidad, la paz y la unidad” de un país golpeado por la violencia yihadista y sumido en profundas divisiones internas. Estados Unidos y la Unión Europea han mostrado su rechazo a la extensión del mandato presidencial y han advertido con la adopción de medidas contra las autoridades somalíes, como sanciones y restricciones de visados.

La decisión adoptada por la Cámara baja, controlada por los seguidores del presidente, y ratificada este miércoles por Farmajo, cuyo mandato expiraba el pasado mes de febrero, hunde a este país aún más en la crisis. El presidente del Senado, Abdi Hashi Abdullahi, considera que esta ley es “anticonstitucional” porque no ha sido sometida a votación en la Cámara alta, el Senado. La nueva normativa amplía a 2023 el plazo para la organización de comicios presidenciales con un nuevo sistema electoral bajo el principio de “una persona, un voto” y superando el enrevesado proceso indirecto que está actualmente en vigor en Somalia.

El cambio del sistema electoral fue una de las propuestas estrella del presidente Farmajo a su llegada al poder en 2017. Sin embargo, la deteriorada situación en materia de seguridad, con los yihadistas de Al Shabab controlando una parte del país y golpeando con ataques y atentados periódicos en la misma capital, y los desacuerdos entre las diferentes facciones étnicas y políticas de un país regido por un sistema federal han imposibilitado que se llegue a un acuerdo. El pasado 17 de septiembre, el propio Farmajo y cinco líderes regionales desistían de la idea de cambiar el sistema electoral a cambio de la convocatoria de comicios antes de febrero, en un acuerdo que ha saltado por los aires entre acusaciones cruzadas por el fracaso en su ejecución.

La oposición ya anunció en febrero que, una vez expirado el mandato presidencial, ya no reconocía a Farmajo como jefe de Estado, lo que ha sumido al país aún más en la inestabilidad. Desde entonces la comunidad internacional, con Estados Unidos y la Unión Europea, ha hecho reiteradas llamadas al diálogo para superar este bloqueo, sin éxito.

Desde Washington, el secretario de Estado Anthony Blinken, advertía este martes mediante un comunicado de las posibles consecuencias de la decisión de ampliar el mandato presidencial. “Va a crear profundas divisiones, socavará el proceso de federalismo y las reformas políticas que han estado en el centro del progreso del país y de sus buenas relaciones con la comunidad internacional y distraerá la atención de la lucha contra Al Shabab [grupo terrorista vinculado a Al Qaeda]”, manifestó.

La Administración de Joe Biden, “profundamente decepcionada”, según Blinken, ha advertido de la adopción de medidas. “Esta ley obligará a Estados Unidos a revisar sus relaciones bilaterales y considerar todas las herramientas disponibles, incluidas las sanciones y las restricciones de visados”. En un tono similar, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, considera que esta ley “va a dividir a Somalia”, insta de nuevo a las negociaciones para la celebración de elecciones a la mayor brevedad y, en caso contrario, advierte con “la adopción de nuevas medidas concretas”, aseguró en un comunicado.

Por su parte, el ministro británico para África, James Duddridge, indicó a través de una nota de prensa que “en ausencia de un consenso que conduzca a elecciones creíbles que se celebren sin más demora, la relación de la comunidad internacional con los representantes de Somalia va a cambiar”. El profundo desacuerdo entre el Gobierno federal y los principales donantes del país pone de facto a Somalia contra las cuerdas. Sumido en una profunda crisis desde la caída del régimen militar de Siad Barré en 1991 hasta el punto de convertirse en un estado fallido ha sufrido una sucesión de conflictos, operaciones militares, hambrunas y atentados que le convierten en una de las naciones más inestables y castigadas del continente africano. Solo este miércoles, al menos 15 civiles han muerto en un minibús que recorría el trayecto de Mogadiscio a una localidad de norte después de que el vehículo fuese volado presuntamente por miembros de Al Shabab, según ha asegurado el Gobierno, recoge Reuters.


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