Muy pronto se cumplirán 100 años del primer gol de la historia de la selección española. El 28 de agosto de 1920, en los Juegos Olímpicos de Amberes, Patricio Arabolaza Aramburu tuvo el honor de batir en el minuto 54 la portería de Dinamarca, doble subcampeón olímpico en Londres 1908 y Estocolmo 1912. El delantero vasco anotó con un fuerte disparo pegado al poste, según cuentan las crónicas de la época
Este primer triunfo internacional de la Selección (0-1) en tierras belgas tuvo lugar en la primera ronda del torneo olímpico en un encuentro disputado a las 14.30 horas, ante 2.000 personas en el estadio La Butte de Bruselas. La victoria española fue celebrada en un cabaret portuario, por lo que los excesos pasaron factura en el choque del día siguiente ante el anfitrión Bélgica, que venció por 3-1 a una España que acabaría ganando la medalla de plata en la final por el segundo lugar ante Países Bajos (1-3). En este torneo nació la denominada ‘Furia Roja’.
Patricio hizo historia junto a otros diez pioneros: Zamora, Otero, Arrate, Samitier, Belauste, Eguiazábal, Pagaza, Sesúmaga, Pichichi y Acedo. España salió con el habitual 1-2-3-5 de la época y vistió camiseta roja con un león rampante en el escudo, pantalón blanco y medias negras con vuelta amarilla. Un equipo formado por ocho vascos, dos catalanes, un gallego y un madrileño, Francisco Bru, como seleccionador.
Un año de sanción por pelearse en una final de Copa
El primer goleador de la Selección nació en Irún el 17 de marzo de 1893. El cuarto de siete hermanos, Patricio comenzó jugando en 1909 en el Racing Club de Irún. Delantero fajador y aguerrido, el irundarra fue una leyenda del conjunto de su localidad natal, fusionado después con el Sporting para formar el Real Unión, con el que conquistó cuatro campeonatos regionales, además de dos Copas: en 1913 contra el Athletic y en 1918 frente al Madrid. También disputó la de 1922 en Vigo contra el Barça (5-1), en la que Patricio fue protagonista, no por el gol anotado, sino por su pelea con el barcelonista Salvador Martínez Surroca cuando éste le zancadilleó dentro del área.
El delantero vasco, muy enfadado, inició un intercambio de puñetazos con el azulgrana y el colegiado, el francés M. Balway, tuvo que detener el partido durante 15 minutos e incluso el Real Unión se retiró momentáneamente del campo, aunque al final el duelo se reanudó. Aquel incidente le supuso a Patricio la suspensión por un año y una multa de 500 pesetas (un dineral en la época), lo que aceleró su retirada un año después (1923) .
Un delantero con pies planos y plantillas de corcho
Dicen que Patricio fue el ‘inventor’ del pase de la muerte. Gozaba de un potente remate de cabeza. Era un delantero centro ‘tanque’. Su defecto era que tenía los pies planos, falta que paliaba con unas plantillas de corcho para correr con normalidad.
Fue vocal en su club y asesor deportivo hasta su prematura muerte. Falleció a punto de cumplir 42 años, el 10 de marzo de 1935, poco antes del inicio de la Guerra Civil, debido a una bronconeumonía. En su ciudad natal todavía se le recuerda. Una calle lleva su nombre, concretamente es en la que está situada el Stadium Gal, el campo del Real Unión.
Su único gol como internacional fue en los JJOO
El arranque tardío de la trayectoria internacional de España impidió que Patricio fuera más veces jugador de la Selección, con la que solo jugó cinco partidos (cuatro de ellos en los JJOO de Amberes). Curiosamente tras su ‘Aragolazo’, el vasco no volvió a marcar con la Roja, aunque aquel tanto le sirvió para entrar en la historia del fútbol español.
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