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El proceso de Josu Ternera en Francia vuelve a la casilla de salida


El largo periplo judicial de exjefe de ETA José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, en Francia vuelve a la casilla de salida. El tribunal de Apelación de París que debía juzgar desde este lunes al histórico dirigente por pertenencia a una organización terrorista ha devuelto al juez de instrucción el expediente, a petición tanto de la defensa como de la fiscalía, al considerar que el procedimiento estuvo viciado, desde unas “investigaciones minimalistas” iniciales hasta una orden de detención final “irregular”.

La decisión implica que el último de los dos juicios en Francia Urrutikoetxea, que acaba de ser absuelto por la primera de las dos causas que tenía pendientes, queda suspendido por un tiempo indeterminado, al menos “algunos meses”, según su defensa, lo que a su vez retrasará todo procedimiento de extradición a España.

“Es una decisión que se imponía, se ha aplicado la ley”, valoró uno de los abogados de Ternera, Laurent Pasquet-Marinacce. “La ley dice que se debe decir a la gente de forma precisa qué se le reprocha, y aquí no era el caso (…) El juez de instrucción debe revisar las cosas y decir exactamente por qué quiere que Josu Urrutikoextea sea juzgado”, dijo a periodistas.

El histórico dirigente etarra, de 70 años, debía comparecer este lunes y martes para responder ante la acusación de “asociación de malhechores con fines terroristas” —equivalente al delito de integración en organización terrorista del Código Penal español— entre diciembre de 2002 (poco después de que entrara en la clandestinidad en la que permaneció durante casi 17 años, hasta su arresto en mayo de 2019 en los Alpes franceses) y mayo de 2005. Se trata de una repetición del juicio celebrado en 2010, cuando fue condenado en ausencia a siete años de cárcel.

Repetición de juicio y absolución

Tras su arresto hace ahora algo más de dos años, Josu Ternera pidió que se repitieran los juicios celebrados sin su presencia durante sus años de clandestinidad. El 1 de septiembre, fue absuelto de la primera causa que tenía pendiente en Francia por los mismos cargos que pesaban ahora contra él, aunque por el periodo 2011-2013. Durante las audiencias de dicho juicio, Urrutikoetxea había admitido que fue miembro activo de ETA hasta 2006, momento en el que, afirmó, se desvinculó totalmente de la banda terrorista salvo para participar en los diferentes procesos de paz realizados en esos años.

Por ello, Pasquet-Marinacce no intentó negar en su alegato inicial su pertenencia a la banda —”Urrutikoextea asume el hecho de haber pertenecido a ETA hasta el otoño de 2006″, señaló—, pero sí lo matizó. Y lo hizo siguiendo la misma estrategia adoptada desde que asumió su defensa: alegando el papel de Ternera como negociador clave de la paz hasta la disolución definitiva de la banda terrorista, en 2018. “¿Se puede considerar solamente la pertenencia a ETA?”, le preguntó al tribunal para, acto seguido, recordar que en los últimos años de la banda “algunos actuaron a favor del fin de la lucha armada y otros se opusieron”. Su cliente, sostuvo, fue de los primeros.

Para sostener su tesis, la defensa contaba con dos testigos que iban a declarar este lunes a su favor, entre ellos el político norirlandés y antiguo miembro del IRA Gerry Kelly. Para mostrar su apoyo a Ternera, hasta el Palacio de Justicia de París se trasladó también una delegación de EH Bai y EH Bildu. El exdirigente etarra es “un actor imprescindible en la desaparición de ETA y en el inicio de la construcción de la paz y la convivencia democráticas” en el País Vasco, declaró a periodistas antes del juicio la portavoz parlamentaria de EH Bildu, Maddalen Iriarte.

Al final, toda argumentación fue innecesaria. En su primer turno de palabra, la fiscalía sorprendió solicitando, al igual que la defensa, “que vuelva todo a la fase de instrucción”, al considerar que no estaba claro de qué se acusaba a Urrutikoextea y que se requería una instrucción “estabilizada y regular” para juzgarlo.

Tras una corta deliberación, la presidenta del tribunal decidió devolver el expediente al juez de instrucción. Las “investigaciones minimalistas”, la falta de “esfuerzos suficientes” para hallar el paradero de Urrutikoetxea durante su clandestinidad y la “orden de detención irregular” hacen que el tribunal “no sea competente para juzgar el fondo” del caso en estas circunstancias, dijo antes de dar por concluida una audiencia que apenas duró hora y media. “Respete bien los controles judiciales”, le dijo antes de dar por concluida la sesión a Urrutikoetxea, que desde finales de junio ya no está obligado a portar un brazalete electrónico y vive en la localidad vascofrancesa de Anglet.


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