Caer a la segunda plaza de grupo en Champions, como le ocurrió anoche al PSG, puede considerarse una trampa. También un problema o algo de lo que preocuparse a la espera de que el sorteo del lunes dicte sentencia. Mientras tanto, el club ha desdramatizado el hecho de enfrentarse casi con toda probabilidad a uno de los grandes del continente después de que el Benfica le birlara la primera plaza contra pronóstico.
Aún en caliente, Mbappé no se dejó intimidar por esa circunstancia: “Al final nos hemos clasificado, que es lo que importa. Hicimos nuestro trabajo, pero no fue suficiente. Ahora queda estar pendiente del sorteo y jugar para ganar, sea contra quien sea”, dijo. El francés, extraordinario contra la Juve, no quiere pasar por el mismo peaje de la temporada pasada, eliminado prematuramente por el Real Madrid en octavos de final.
Christophe Galtier tampoco expresó demasiada preocupación: “Si uno quiere llegar lejos en esta competición, tiene que jugar contra los mejores. Ganamos dos veces a la Juve e hicimos una buena fase de grupos. Estoy orgulloso del equipo”, subrayó. Marquinhos, sin embargo, puntualizó que la mala suerte tiene su origen en el choque ante el Benfica en París: “No ganar aquel partido nos penalizó. Es una decepción, pero no enorme”, concluyó.