En un chasquido de dedos, el PSG ha pasado de ser supremo a anodino. Castigado por la interrupción del Mundial, ha vuelto a la rutina en 2023 como si hubiese borrado todos los conceptos que adquirió en el primer tramo de la temporada. Es un campeón con pies de barro. El cuadro de Christophe Galtier encadena dos derrotas consecutivas a domicilio en liga que no presagian nada bueno. El vestuario se ha quedado sin respuestas.
Queda menos de un mes para la eliminatoria de Champions contra el Bayern y lo que hace unas semanas era un acicate, ahora tiene tintes de fobia. Nadie en el club olvida el pasado más reciente y la duda está en si el equipo recuperará el pulso a tiempo: “El PSG ya no se parece al de antes por una sencilla razón: su tridente ha perdido nivel, y no enmascara los problemas generales del equipo”, subraya esta mañana el diario Le Parisien.
Se ha quedado el PSG sin margen en liga pero lo que realmente le preocupa es Europa: “No tiene la chispa de antes y tiene que recuperarla en tiempo récord”, apunta L’Équipe, que duda del rendimiento de un Neymar demasiado plano. Más condescendiente con Messi, a quien protege desde que es campeón del mundo. El reencuentro con Mbappé no fue exitoso, pese a que Christophe Galtier aseguró que no han perdido los automatismos.
El PSG echó de menos a Verratti, termómetro de un equipo que carece de ideas sin el italiano. No se puede delegar todo en Messi pese a que perdure su entusiasmo tras el Mundial, y eso le corresponde a su entrenador. Las dos derrotas de 2023 no son tanto una amenaza en la clasificación como en la moral de un equipo que a la hora de la verdad siempre juega con fuego, a riesgo de quemarse. Y el Bayern no va a ser transigente con el PSG.