El PSG no ha arrancado bien 2023. Caer contra el Lens en liga y sufrir tanto frente al Châteauroux en Copa no estaba en el guion de Christophe Galtier. Y lo peor tiene que ver con la imagen, alejada de la versión ofrecida durante la primera parte de la temporada. El vestuario, preocupado por esta extraña sensación, necesita contagiarse del entusiasmo de Messi, que regresa el miércoles que viene contra el Angers para darle otro enfoque al equipo.
El argentino es ahora el contrapunto en el PSG. Después de conquistar el Mundial, no hay nadie mejor que él para insuflar confianza a sus compañeros. Su sonrisa juvenil en el último entrenamiento en Camp des Loges retrata la situación actual: sin necesidad de presumir, la gestualidad de Messi es suficiente para darse cuenta que es feliz y que sigue con ganas de competir. Tras ganar en Qatar, ahora le queda la Champions.
Christophe Galtier está contento con el rendimiento global hasta ahora, y de hecho no le angustia que el Lens se haya acercado a cuatro puntos en la clasificación, pero ha aclarado a sus ayudantes que no se le puede caer el equipo a estas alturas. Ni deportiva ni anímicamente. Con la eliminatoria contra el Bayern de fondo, el PSG no puede permitirse repetir los errores del pasado, aunque el inicio de año no ha contribuido a ahuyentar los fantasmas.
Messi, sin embargo, es otro respecto al de la temporada pasada. Aclimatado ya al contexto, ha llegado su hora de disfrutar. El club parisino lo sabe y tiene todo preparado para firmar la ampliación de contrato del rosarino durante el mes de enero. Aunque no garantice el éxito, tenerle comprometido acerca al PSG a sus objetivos. En un momento de duda después de esta primera semana un tanto negativa, la vuelta de Messi es necesaria para recuperar el ánimo en el vestuario.