El otoño es una época maravillosa para hacer turismo. Las temperaturas son mucho más agradables que en verano, y el paisaje tiene un encanto muy especial. En España hay rincones fabulosos para una escapada de fin de semana, entre ellos La Solana, un pueblo de Castilla-La Mancha, que alberga uno de los conjuntos urbanos más importantes de la provincia de Ciudad Real. Cuenta con varias iglesias que es interesante visitar.
¿Qué ver en La Solana?
Lo más característico de La Solana son sus iglesias. En la Plaza Mayor se encuentra la Iglesia de Santa Catalina, declarada Bien de Interés Cultural, fue construida en la primera mitad del siglo XV. A pesar de que se ha derrumbado en varias ocasiones, se encuentra en buen estado de conservación.
Del Convento de los Trinitarios, únicamente queda en pie la Iglesia de San Juan Bautista, de estilo barroco con rasgo clasicistas. Fue reconstruida en el año 1970, y conserva un pasadizo elevado que cruza la calle Arco del Convento.
En Solana también destaca la Iglesia de San Sebastián, Monumento Histórico Artístico desde 1982. Su mayor atractivo es la cubierta mudéjar de la nave, con inscrustaciones de policromada y nácar.
Más allá de los templos religiosos, este pueblo de Castilla-La Mancha también cuenta con varios edificios civiles. Uno de ellos es la Casa de Don Diego, construida en el siglo XIX y declarada Bien de Interés Cultural. Fue adquirida por el Ayuntamiento a finales del siglo XX, y actualmente es el Centro Cultural.
La Solana comparte la microrreserva de los Albardinales de Membrilla-La Solana con el municipio vecino de Membrilla. Para conocerla, hay una rua circular de 9 kilómetros y de dificultad moderada que merece mucho la pena. El interés de esta microrreserva radica en gran medida en las comunidades halófilas que la habitan.
Villanueva de los Infantes
Para completar la escapada, puedes visitar otro pueblo de Castilla-La Mancha: Villanueva de los Infantes, situado a solo unos kilómetros de La Solana, y uno de los pueblos más bonitos de Ciudad Real. La Plaza Mayor, de estilo neoclásico y construida en el siglo XV, es el corazón de la localidad. Aquí se encuentra la Iglesia de San Andrés Apóstol.
Uno de los lugares más interesantes es el Convento de los Dominicos, que alberga la Celda donde falleció Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos el 8 de septiembre de 1645. La Casa del Arco es una casa solariega del siglo XVII cuyo interior se puede visitar.
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