Si te apetece hacer una escapada de fin de semana a un destino nacional que tenga un rico patrimonio histórico y cultural y en el que, además, puedas disfrutar de la mejora gastronomía, te encantará saber que Olite es un pueblo medieval magnífico, considerado por muchos el más bonito de España. Situado en Navarra, a media hora en coche de Pamplona, paseando por sus calles te sentirás como si hubieras hecho un viaje a la Edad Media, con el castillo de cuento de hadas y las impresionantes murallas.
Palacio Real de los Reyes de Navarra
Sin lugar a dudas, el principal atractivo de Olite es el Palacio Real de los Reyes de Navarra. Más conocido popularmente como el Castillo de Olite, su origen data de los siglos XII y XIV. Tras la invasión de Navarra en la primera mitad del siglo XVI, la construcción se empezó a deteriorar, hasta que en 1937 se aprobó su restauración. Se puede visitar el interior, y merece mucho la pena. Desde la Torre de la Atalaya hay unas vistas increíbles tanto del castillo como de la localidad y de su entorno.
Palacio Viejo
El Palacio Viejo es uno de los edificios más antiguos de Olite, y también uno de los más bonitos. Una antigua fortaleza que, en la antigüedad, formaba junto al Castillo el sistema defensivo de la villa. Durante la Guerra de la Independencia Española sufrió numerosos saqueos.
Iglesia de San Pedro
El templo religioso más importante de Olite es la Iglesia de San Pedro, situada en la plaza del Fosal y construida en el siglo XII. Mezcla elementos del gótico, el románico y el barroco, y lo más característico de la iglesia es la torre gótica de 52 metros de altura, visible desde cualquier parte del pueblo.
Museo del Vino
El Museo del Vino se encuentra en el antiguo Palacio del Santo Ángel, y es uno de los lugares más interesantes que ver en Olite. Distribuido en cuatro plantas, es una oportunidad única de conocer de primera mano la historia de la tradición vinícola de Navarra y los procesos de elaboración de los vinos de la región.
Muralla
Si te animas a visitar este pueblo medieval, no puedes perderte un recorrido por la muralla romana del siglo I. Todavía se mantiene en pie, así como varias de las torres. Uno de los tramos más relevantes está justo detrás del Palacio Real, donde se encuentra el conocido pozo de hielo.
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