El punto de inflexión de Williams


Los colores del Sevilla le traen muy buenos recuerdos a Iñaki Williams. Los hispalenses sufrieron la explosión de la pantera en el choque de la primera vuelta en San Mamés (2-0). Un despegue tanto en lo individual como en lo colectivo. El delantero consiguió un doblete que supuso el comienzo de su asentamiento como nueve en el Athletic. Era el primer partido después de la lesión de Aduriz.

Y los leones metieron la directa. Arrancaron el encuentro con dos puntos de renta con el descenso. El Sevilla era tercero en la tabla y tenía 14 unidades más que el cuadro bilbaíno. Si el Athletic gana mañana en el Pizjuán ambos conjuntos finalizarán la Liga con los mismos puntos, aunque con los de Garitano por delante gracias al ‘gol average’ particular.

Williams suma ocho dianas desde que se cruzó con el Sevilla y solo una la consiguió a domicilio: fue en Girona

Para Williams también fue un punto de inflexión. Y una liberación porque rompió una sequía de 770 días sin marcar en San Mamés en Liga. No lo hacía desde diciembre de 2016. Lo celebró por todo lo alto. Iñaki había firmado cinco dianas hasta que se cruzó con el Sevilla. Desde entonces acumula ocho. Un tramo de Liga en el que solo Messi (18 goles), Benzema (14), Mata (10), Suárez, Jorge Molina, De Tomás, Oyarzabal y Chimy Ávila (9) han visto puerta en más ocasiones. El bilbaíno, pichichi del Athletic, se encuentra en el grupo con Stuani, Aspas, Ben Yedder, Borja Iglesias o Raúl García (8).

Fueron dos muescas para enmarcar. Williams dio rienda suelta a su endiablada velocidad frente al Sevilla. Fue un martirio para la defensa andaluza. No encontró la fórmula para limitar sus funciones. La pantera inauguró el marcador mediado el primer acto en una acción de vértigo colectivo que inició Yeray anticipando en la retaguardia. Dani García buscó a Córdoba y el extremo lanzó a Williams. Recortó hacia dentro y mandó el esférico al fondo de la red con violencia.

La puntilla se hizo esperar hasta la recta final. Cuando Iñaki parecía vacío. Firmó un gol de velocista puro. A lo Usain Bolt. Se tiró un autopase entre Sergi Gómez y Promes en campo propio, a unos 70 metros de la portería. Vio la oportunidad y apretó el turbo. Williams siempre tiene una marcha más. Se plantó ante Vaclik, le dejó atrás y anotó a placer para asegurar el triunfo del Athletic.

A partir de ahí se reconcilió con el gol en San Mamés. De hecho, su único tanto a domicilio se produjo en Montilivi. El resto han sido al amparo de su afición. Y siempre con victoria para los de Garitano. El punta estrenó el electrónico contra el Atlético al aprovechar en el segundo palo un mal disparo de Córdoba. Del mal fario en San Mamés pasó a ser el rey de los rebotes. Anotó ante el Levante y logró otro doblete frente al Rayo Vallecano contando con la ayuda involuntaria de los rivales. Su última víctima fue el Celta tras acudir a presionar a Rubén Blanco. Williams, que no falta a un partido de Liga con el Athletic desde abril de 2016, intentará sumar otra muesca más en el Pizjuán para abrir las puertas de Europa a los de Garitano.


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