El sector funerario facturó en 2019, el año prepandémico, 1.565 millones de euros en los 418.000 servicios fúnebres que realizó el sector en toda España. La media por funeral fue de 4.522 euros una vez abonado el IVA. El servicio funerario medio incluía féretro, preparación del cadáver, coche fúnebre, horas de velatorio, flores, esquelas, recordatorios, vehículos de acompañantes y coste del cementerio. Pero el precio varía mucho según el código postal. Un informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) revela que las ciudades más baratas donde realizar estos servicios son Cuenca (unos 2.261 euros) o Tenerife (2.397). La ciudad más cara es Barcelona, con 6.441 euros de coste medio. Esta diferencia de precios ha provocado la creación de Funos, un comparador online de precios de funerarias, similar a lo que realiza Rastreator con los seguros.
Funos ha realizado diversos estudios de mercado y en unos meses comparará las funerarias de toda España. Por el momento ya permite confrontar precios en las ciudades catalanas donde presta servicio más de una funeraria. Fruto de este trabajo, Funos ha detectado cuáles son las tendencias de este tipo de servicios y hay una muy clara: la incineración. Cataluña dispone de 32 hornos crematorios y, en total, España tiene 487, convirtiéndose en el país de Europa con mayor número de instalaciones de este tipo —por encima de los 185 de Francia o los 159 de Alemania—. Según Marc Vallhonesta, CEO y fundador de Funos, “la cremación como destino final pasó del 16% en 2005 al 45,5% en 2020 y, según las estimaciones de la patronal del sector funerario, para el 2025 llegará al 60%”. De hecho, en Cataluña, el 50,8% de los servicios funerarios que se realizaron en 2020 fueron por incineración. La conclusión a la que llega el informe es que los “menores costes de servicio y de mantenimiento, la falta de espacio en cementerios” y la tendencia a la laicidad fomentan esta tendencia.
Vallhonesta creó Funos en mitad de la pandemia. “Antes trabajaba en marketing para multinacionales, quería emprender y me lancé al mundo de las reservas de espacios para fiestas infantiles de forma online. Llegó la covid y se acabó ese negocio. Tenía el ojo puesto en las funerarias y en diciembre de 2020 empecé con este concepto”, detalla. El empresario es consciente de que en muchas ciudades hay un monopolio del sector funerario, pero, en aquellas en las que no lo hay, la pluralidad de operadores afecta en el precio final. De hecho, en una ciudad grande como Valencia, donde “trabajan cerca de 15 funerarias”, el servicio fúnebre medio es de 3.181 euros.
Según los estudios de mercado de Funos, la pandemia ha servido para acelerar el proceso de digitalización de las funerarias. Hasta ahora la contratación de un servicio funerario en un hospital o en una residencia era automática. Algunas incluso tenían un pequeño espacio en los centros sanitarios donde iban directamente los familiares de los fallecidos. El Ayuntamiento de Barcelona intentó en agosto romper esta mecánica y llego a un acuerdo con una decena de hospitales para que fuesen los sanitarios, y no las empresas funerarias, los que detallen en los momentos posteriores a los decesos, las tres alternativas funerarias que existen hoy en la capital catalana. El Consistorio ha redactado trípticos donde explica cuáles son los servicios funerarios obligatorios y cuáles son los opcionales y las tarifas de las tres empresas.
Precisamente, Esfune, la patronal de las pequeñas funerarias, ha presentado, desde 2016 a 2019, cuatro denuncias a la Autoridad Catalana de la Competencia alertando de acuerdos “ilegales de exclusividad” en la retirada de cadáveres entre grandes funerarias y hospitales y geriátricos. Aurelio Sánchez, el presidente de Esfune mantiene que los precios de los servicios funerarios en Cataluña son de los más altos “porque solo hay 1,2 funerarias por cada 100.000 habitantes, mientras que en el resto de España esta ratio es de 6,2″. Sánchez lamenta que en ciudades como “Lleida, Sabadell, Badalona, Vilanova i la Geltrú, Cornellà, Vilafranca del Penedes, Granollers o Mataró” solo opera una funeraria. Esta falta de competencia y la falta de “tanatorios municipales” donde diversas empresas puedan alquilar salas de vela hace subir los precios. “Según nuestros estudios, el 69,60% de los familiares de difuntos en España no pueden elegir libremente la funeraria que desean”, lamenta Sánchez.
Según el estudio de Funos, el 54% de los catalanes asegura que contrataría directamente los servicios fúnebres por internet mientras que antes de la pandemia solo lo hubiesen contratado el 33%. Aun así, muy pocas funerarias ofrecen estas prestaciones en línea. Lo que sí que es cada vez más habitual es la proyección de vídeos conmemorativos durante los funerales. El 56% de las personas compartirían sus vídeos en su funeral y, según Vallhonesta, el 77% de “los miembros de los mileniales y los que pertenecen a la generación Z no dudaría en proyectar este tipo de material en su ceremonia de despedida”.
De hecho cada vez es más habitual la figura del funeral planners o coach que ayuda a preparar un funeral. Imma Tàpies es una de las profesionales de este sector: lleva años estudiando el duelo y ha desarrollado varios servicios y productos para que el futuro difunto deje un “legado emocional” a familiares y amigos. Tàpies ha creado, por ejemplo, la “carpeta Más de Mí”, donde, de forma ordenada y supervisada, las personas van recopilando, en una carpeta, los “datos que forman parte de una vida, desde informaciones burocráticas hasta decisiones de salud o preferencias en la despedida, palabras para seres queridos para evitar que otros tengan que tomar decisiones por uno mismo”.
No solo los precios de las funerarias varían. También los precios públicos de los cementerios. El coste de la recepción del cadáver, introducción en nicho o tumba (sin incluir el alquiler o compra de esta) es muy variable. Según la OCU, van de los 249 euros de Sevilla a los 1.695 de Madrid (en Barcelona ronda los 500 euros). El precio de las incineraciones también es muy oscilante: de los 293 euros de Logroño a los 981 euros de Oviedo.
Condolencias por WhatsApp
En este contexto de precios al alza en el sector funerario, los seguros de decesos también están en auge: crecieron un 75% entre 2005 y 2019 en España. El 47% de la población dispone de este tipo de seguros que ya se hacen cargo del 60% de los servicios funerarios en España y del 70% en el área metropolitana de Barcelona.
A propósito de la forma de transmitir el pésame ante un fallecimiento, las redes sociales también han empezado a jugar su papel: el 74% de las personas admite utilizar WhatsApp para dar condolencias. Con todo, la mayoría de catalanes admite que prefiere no dar el pésame por redes sociales en abierto.
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