No hacía falta tener mucha imaginación para prever el trágico final del Rayo Vallecano. El histórico club madrileño selló su descenso este domingo de forma matemática después de 19 temporada en la máxima categoría y un exitoso bagaje de tres Ligas, una Copa y haber participado en tres ediciones de la Champions.
Los mensajes de desánimo de jugadoras y aficionados en redes sociales se han sucedido en las últimas horas en un adiós muy amargo y una caída que se veía venir desde hacía tiempo a causa de las constantes polémicas vividas en una temporada para olvidar.
La campaña ya empezó con muy mal pie, con las futbolistas en pie de guerra al denunciar unas condiciones laborales indignas, en que se incumplía reiteradamente el convenio colectivo. Siguió con unas imágenes inéditas con las futbolistas del Rayo teniendo que ser atendidas por los médicos y fisios del equipo rival al no viajar con cuerpo médico propio. La pregunta era inevitable: ¿por qué ellos sí y ellas no?
Como si de una broma pesada se tratara, el presidente Martín Presa decidió contratar a Carlos Santiso para tomar las riendas del equipo. A estas alturas no vale la pena recordar las controvertidas palabras sobre abusos sexuales del técnico, de las que se han realizado largos debates y desatado la ira de los seguidores sin que su cargo haya peligrado en ningún momento.
Hace menos de un mes volvían a saltar las alarmas cuando salió a la luz que varias jugadoras que tenían alquilado piso con el club se habían quedado sin electricidad…
Ante este triste panorama, los malos resultados se han ido encadenando y el descenso ha sido poco menos que la Crónica de una muerte anunciada.