El rival que ha deparado al Real Madrid en el sorteo de octavos de final de la Champions ha sido el Atalanta
de
Bérgamo. Un equipo, el italiano, con el que el Real Madrid nunca se ha enfrentado y cuya reputación en Europa no es demasiada pero que también tiene sus armas, sobre todo en ataque.
Y como armas, también tiene debilidades y una de ellas, actualmente, es el estado del vestuario y las rencillas existentes entre el entrenador Gian Piero Gasperini y el núcleo duro de la plantilla encabezado por el ‘Papu’ Gómez con el que el técnico dijo este pasado fin de semana que no sabía “como superar este conflicto”.
El problema es causa de un desgaste progresivo de la relación entre el entrenador y sus jugadores y que explotó en el descanso del duelo ante el Midtjylland, donde Gasperini tuvo sus más y sus menos con Papu
Gómez tras una indicación que no gustó al argentino. Ante ello, otros jugadores como Ilicic se pusieron de parte del jugador y, en el siguiente duelo ante el Udinese, ninguno de los dos fueron convocados aunque el partido terminó suspendiéndose por las fuertes lluvias.
Amago de dimisión
El conflicto, lejos de solucionarse, siguió agrandándose y, después de clasificar al equipo para los octavos de final, Gasperini planteó dimitir de su cargo tal y como desveló Mediaset Italia. Sin embargo, parece que el volcán aún no ha entrado en erupción y, con el Real Madrid en el horizonte, se podrían calmar las aguas.
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