El Real Madrid inicia este jueves una nueva era marcada por la ausencia de Facundo Campazzo, su gran líder en estas dos últimas temporadas. En la pista del potente CSKA Moscú el equipo de Pablo Laso disputará este jueves (18.00 horas) su primer partido sin el base argentino, que puso fin el pasado domingo contra el Baxi Manresa a una etapa de más de seis años vinculado al club blanco, cuatro y medio defendiendo su camiseta y otras dos cedido en el UCAM Murcia. Campazzo ha usado la cláusula de salida de salida de su contrato para cumplir su sueño de dar el salto a la NBA, donde en breve firmará un contrato de dos años con los Denver Nuggets.
Salvo en el caso de Sergio Llull, el Real Madrid se ha acostumbrado en los últimos años a perder a sus principales referentes por culpa de la competencia de la NBA. Nikola Mirotic, Sergio Rodríguez y Luka Doncic también dejaron el equipo blanco para poner rumbo a la mejor liga del mundo y en las tres ocasiones el club blanco supo sobreponerse a esas importantes bajas para seguir siendo competitivo tanto a nivel nacional como europeo.
Sin embargo, el adiós de Campazzo parece bastante más preocupante porque se va sin un heredero que parezca a la altura de los galones que vestía. El argentino era el gran motor de este Real Madrid, la piedra angular tanto en ataque como en defensa y nadie parece poder llenar su hueco como él hizo con Doncic o el esloveno con Sergio Rodríguez. La dirección de juego quedará ahora en manos de Nico Laprovittola, Carlos Alocén y un Sergio Llull que deberá regresar en muchos momentos a la posición de ‘uno’. Ninguno de ellos ha mostrado en los últimos tiempos el nivel necesario ya no para llenar el vacío que deja Campazzo sino al menos para cubrirlo en parte. El ex del Joventut es un anotador pero al equipo le cuesta funcionar con él al timón, Alocén es muy joven y necesita ganar experiencia y Llull no ha vuelto a ser el que era desde su grave lesión de rodilla. El menorquín es capaz de firmar grandes partidos pero ha perdido regularidad y su rendimiento es una montaña rusa. La dirección de juego en el Madrid ha pasado a ser una incógnita.
Laso confirma que no se fichará un sustituto
La marcha de Campazzo dejará en las arcas blancas hasta 6 millones de dólares pues el argentino ha asumido el pago íntegro, aunque a plazos, de su cláusula de salida hacia la NBA. Sin embargo, el Real Madrid no parece dispuesto a utilizar ese dinero para buscarle un relevo de primer nivel. El FC Barcelona no es el único gran club cuyas finanzas se han tambaleado por culpa de la pandemia del coronavirus, en el Real Madrid también se viven tiempos difíciles, razón por la cual se ha optado por destinar el ingreso que supone la marcha de Campazzo a amortizar pérdidas.
El propio Laso rechazaba este miércoles antes de que el equipo viajara a Moscú la posibilidad de un fichaje. “Ahora mismo no lo veo. Aunque fichar o no te lo marca el futuro. Siempre digo que el Madrid está atento al mercado porque es una obligación”, señaló el técnico vitoriano. “Perdemos un gran jugador. Eso está claro, pero la fuerza del equipo debe estar en el equipo y no en un único jugador. No podemos pedir ahora a Nico Laprovittola y Carlos Alocén que sean como el Facu. Es una cuestión de equipo y el Real Madrid debe ser, en cualquier circunstancia, reconocible, reconocido y competitivo”.
Campazzo se va siendo el jugador con mayor incidencia estadística en el juego del Madrid, el primero de los blancos en asistencias (4,6), recuperaciones (4,3) y faltas recibidas (3,7), el segundo en valoración (15,6) y en el más/menos (+14) y el tercero en anotación (10,8). Pero más importante que esos números es su incidencia en el ritmo y la identidad del equipo blanco, que pierde el gen más importante de su ADN.
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