Will Still ha revolucionado a toda Francia con un Reims que no conoce la derrota desde hace diecinueve jornadas. El entrenador, de 30 años, el más joven de las cinco grandes ligas, ha ejercido sin licencia hasta la fecha. A cambio, el club ha tenido que pagar semana a semana una multa de 25.000 euros, lo que eleva la factura ya a medio millón de euros por sentarse en el banquillo sin carné, en gran parte por las trabas burocráticas para obtenerlo.
Cursos de formación, asignaturas y diplomas complican que surjan entrenadores de la base a menos que su apellido les dé un primer impulso, como fue el caso de Zidane. No fue la experiencia de Will Still, singular como pocas. Sin recorrido como futbolista, se aficionó en su adolescencia al juego de ordenador Football Manager, a través del que empezó a ser un apasionado de la estrategia y la táctica. El inicio del todo.
Horas y horas de estar enganchado a lo mismo: “Me obsesioné con el Football Manager, que fue lo que provocó mis ganas de entrenar. Mi hermano y yo jugábamos sin parar. Creábamos la plantilla, organizábamos los entrenamientos…”, explicaba en su momento Will Still, que jamás pensó que un juego pudiera haber influido tanto en su carrera. Todo fue precoz e inimaginable para este entrenador, que sin quererlo está de moda en Europa.
Will Still trabajó como analista videográfico en un equipo humilde de Bélgica antes de dar el salto al Reims, donde trabajó como ayudante de Òscar Garcia. Cuando el entrenador catalán se marchó en octubre del año pasado, el club apostó por él como interino, hasta que las primeras sensaciones propiciaron que firmara su primer contrato. Desde entonces ha entrenado en diecinueve jornadas de liga: nueve triunfos, diez empates y cero derrotas.
De esos nueve triunfos, siete han sido como local, prueba de la comunión que hay ahora mismo entre el Reims y su afición. El equipo, que hasta hace poco intentaba escapar de la zona de descenso, aspira ahora a asomarse a la zona europea. Está a solo cuatro puntos de la Conference League y buena parte de culpa la tiene el trabajo de Will Still, un entrenador que ha sabido aprovechar su oportunidad. El Reims triunfa a base de pagar multas por él.