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El resurgir de Busquets


Hace cinco años, en el estadio Olímpico de Kiev, David de Gea (Madrid, 29 años) dio el primer espaldarazo de lo que debía ser lo que Vicente del Bosque denominó como una “transición dulce”. Al por entonces seleccionador español y a su cuerpo técnico ya les rondaba en la cabeza que la titularidad en la selección de Iker Casillas estaba llegando a su fin. Aquel 13 de octubre de 2015, España solo se jugaba la honra de no perjudicar a Eslovaquia en su lucha con Ucrania por la segunda plaza que otorgaba el segundo billete del grupo para la Euro 2016. Ganó España (0-1) con una actuación memorable de De Gea. Fue el partido que necesitaba con la selección para reivindicarse ante la complejidad de tener que desbancar al mito de Casillas. En Kiev comenzó la secuencia que culminó con su titularidad en el Europeo de Francia.

Un lustro después, frente al crispado ambiente en torno a su figura que vive en Mánchester, De Gea ha encontrado refugio y calor en la selección y en el seleccionador, aunque con La Roja también tiene cuentas pendientes. Fue el portero con el que España cayó en los octavos de final de la Eurocopa 2016 y en la misma ronda del Mundial 2018 de Rusia ante la selección anfitriona. Algunos de los goles que encajó en la cita mundialista aún le pasan factura en la cabeza de muchos aficionados.

Jugar con el pie

La delicada situación que tanto De Gea como Kepa atraviesan en sus clubes ha extremado el tacto con el que el técnico trata de que la selección se convierta en ese refugio que les permita enderezar sus trayectorias. Si el primero se presentó a esta última concentración con seis goles encajados en Old Trafford ante el Tottenham de José Mourinho —11 dianas recibidas en los tres partidos que se llevan disputados de la Premier League—, el segundo ha sido relegado a la suplencia en el Chelsea. A Kepa, Luis Enrique le concedió la titularidad en el amistoso de Portugal (0-0), para reforzar su mensaje de que confía en ambos.

Con De Gea, las muestras de su intención de rehabilitarle también son constantes. Ante un aviso de Luis Enrique de que debía cambiar la salida de balón ante la atrevida presión de Suiza, De Gea le espetó al seleccionador: “Me presionan mucho por este perfil”. “Pues entonces juégala con Pau [Torres] o con José Luis [Gayà]”, respondió el técnico asturiano. A la primera que De Gea siguió las instrucciones de su jefe, este le correspondió con un “bien, David, bien”. Desde los tiempos en los que fue dirigido en el Manchester United por Louis Van Gaal, De Gea no era tan exigido con el juego con el pie como ahora con Luis Enrique.

Entre las sesiones extras que hace un mes tuvo con Miguel Ángel España, entrenador de porteros de las categorías inferiores de la selección, buscando recobrar sensaciones de su etapa juvenil, también De Gea trabajó aspectos técnicos con el balón. Solskjaer, su actual entrenador en el United, no le pide tanto juego con el pie. Es en la selección donde De Gea siente que debe mostrar ese nivel que incluso le llevó a convertirle en un buen lanzador de faltas. Alguna vez ha sonrojado a más de un compañero que le ha desafiado al término de un entreno.

No fue la única vez que Luis Enrique elogió al guardameta del Manchester United durante el encuentro con Suiza. En el pospartido no reclamó una portada como tras su actuación en el amistoso ante Alemania en Stuttgart (1-1), pero sí quiso resaltar la intervención que le hizo a Loris en un remate franco: “Fue espectacular”.


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